He aquí nuestra lista, esperemos que te sirva hermano/a:
1. Regala tiempo.
Este sin duda es un regalo valiosísimo pues el tiempo que regalas no volverá. Cada minuto invertido en alguien es un tesoro que no regresará a tus manos. “Cuando tu compras algo, no compras con dinero, compras con el tiempo de tu vida que gastaste para ganar ese dinero”. ¿Y si te ahorras la vuelta y le das a quien tienes al frente una porción bien cargada de tu tiempo y entrega?
2. Ofrece perdón.
Es un buen momento para revisar los cabos sueltos que tienes en tu corazón y no solo perdonar como un acto simbólico mirando al cielo, sino para perdonar así como tú has sido perdonado, de forma concreta, restaurando la vida y la relación de aquel a quien te vas a atrever a perdonar. No es necesario que lo llames y le digas que es perdonado, basta con acercarte, mostrarte empático/a, atento/a y sobre todo misericordioso/a.
3. Ábrete a aprender del otro.
“No hagan nada por rivalidad o por vanagloria, sean, por el contrario, humildes y consideren a los demás como superiores a ustedes mismos” (Filipenses 2, 3). En el otro hay un tesoro y si te dispones a recibir aquello que tiene para entregar, seguro quedarás sorprendido/a. Deja tu corazón abierto y sin prejuicios,no pongas etiquetas,valorar a los demás es un hermoso regalo.
4. Escucha en silencio.
Evita terminar la frase, prejuzgar, evaluar y calificar aquello que estás escuchando. Regala tu silencio humilde, no solo para evitar interrumpir, sino porque tu atención y escucha es un valioso y además escaso obsequio. Escucha no solo por educación, sino como un signo de amor al prójimo.
5. Presta una mirada atenta. Presta atención.
Que tu mirada esté sincronizada con tu mente y con tu corazón. Probablemente te has sorprendido a ti mismo mirando “atentamente”, pero en tu cabeza estas resolviendo problemas domésticos, planificando las actividades de la tarde o pensando en el almuerzo de mañana. Haz un paréntesis, regala tu mirada y atención.Valdrá la pena.
6. ¡Regala un buen chiste! Con humor la vida es más llevadera y divertida.
Este regalo requiere de una preparación especial: debes aprenderte un par de chistes. Sabemos que la sonrisa es un excelente regalo, pero llegar con una palabra alegre, una anécdota, una buena historia, siempre será bien agradecido por todos. La alegría que experimentamos los que nos sabemos amados por Dios, es la que hay que compartir.
7. Motiva a otros a dar.
Siempre es una buena idea ser solidario con quienes necesitan de nuestra ayuda, pero motivar a otros a ser solidarios es mucho mejor. Puedes hacer que sean más los que se unen a la causa. No hay que mirar muy lejos para encontrar a alguien necesitado de nuestra solidaridad.
8. Haz los quehaceres de otro.
8. Haz los quehaceres de otro.
Probablemente es el menos espiritual y simbólico de la lista, pero es uno de los más efectivos, sobre todo si se trata de limpiar y ordenar aquello que no te corresponde, incluso si hay alguien contratado para eso. Ese tiempo de libertad que regalaste al tomarte la molestia de hacer las tareas de otro, es un regalo que siempre caerá bien.
9. Piensa en el que viene después de ti.
Este es un regalo genérico de amor al prójimo: piensa en el que viene después de ti. Ya sea en el baño, dejando el carrito del supermercado donde corresponde en los estacionamientos, tirando el chicle a la basura, y una lista interminable de etcéteras. Es poco probable que te lo agradezcan, pero tu también eres el prójimo de alguien y sabes como siente cuando el que estuvo antes de ti no lo hizo muy bien.
10. Dona tu amistad desinteresada. Atrévete a conocer a alguien.
Un regalo genial y muy grande es ofrecer tu amistad de forma real a alguien de quien no puedes sacar beneficio. Alguien que no consideres es un “par” tuyo, alguien menor o mayor en edad, alguien en una distinta “escala social” o “laboral” comparado contigo. Una amistad nueva. Es lógico que de buenas a primeras no serán los mejores amigos, pero el solo hecho de ofrecer tu amistad a alguien que nunca esperaría que tú te le acerques, es un tremendo obsequio.
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