El misterio pascual es la raya que define si soy alguien que vive de Dios o alguien que vive de sí mismo.
Jesucristo, en la Eucaristía, viene a redimirnos de esto.Jesucristo quiere darnos la Eucaristía para que de nuevo en esa unión íntima del Creador, del Señor, del Redentor con el alma cristiana, se produzca la unión fuerte, definitiva y amorosa de Dios.
Pidámosle que ilumine nuestro interior, que ilumine también nuestra vida social, nuestra vida familiar, y, sobre todo,que ilumine nuestra libertad para que optemos definitivamente, sin ninguna atadura, por aquello que únicamente nos hace libres: EL AMOR DE DIOS.
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