SHALOM, HOSANNA
¡BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR¡
En el patio de la Parroquia se bendijeron los ramos de olivo. Tras la bendición y la lectura del Santo Evangelio,todos los congregados en el patio parroquial,niños y mayores, conmemoraron,yendo en procesión hasta la Parroquia,la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
El sentido de la procesión es acompañar a Jesús, pero no sólo en este momento. Se trata del deseo de estar presente en sus momentos de duda, de angustia, de soledad, de abandono, incluso de los suyos, de los que han compartido con él la propuesta del Reino de Dios. Desde esa EXPERIENCIA de acompañar a Jesús, estaremos en disposición de estar CERCA de los que hoy mismo sufren de tantas maneras diferentes. Caminemos, pues, junto a Jesús, para aprender de Él.
El sentido de la procesión es acompañar a Jesús, pero no sólo en este momento. Se trata del deseo de estar presente en sus momentos de duda, de angustia, de soledad, de abandono, incluso de los suyos, de los que han compartido con él la propuesta del Reino de Dios. Desde esa EXPERIENCIA de acompañar a Jesús, estaremos en disposición de estar CERCA de los que hoy mismo sufren de tantas maneras diferentes. Caminemos, pues, junto a Jesús, para aprender de Él.
En las lecturas que vamos a escuchar, es una ENTREGA TOTAL POR PARTE DE JESÚS. Tanto, la primera, como la segunda y –sobre todo la lectura de la Pasión, nos invitan a reflexionar sobre la pasión y la muerte de Jesús. Agradezcamos, de verdad, todo lo que Él hace por cada uno de nosotros nosotros.
La Primera Lectura (Is 50, 4-7)nos muestra al Señor, siempre cerca del que sufre. Para él tiene una palabra de aliento, una mano tendida, una ayuda crucial.
El Salmo (21) "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" es considerado como una anticipación profética de lo que iba a ser el sufrimiento de Jesús de Nazaret para salvarnos a todos del pecado.Jesús, en la cruz, reza estos versos al Padre en un momento tan significado e importante para la redención del género humano.
En la Segunda Lectura (Flp 2, 6-11) San Pablo nos reclama para realizar estas acciones desde la más profunda humildad. Y como ejemplo: Cristo. Él lo hizo todo sin hacer alarde de su categoría de Dios.
En el Evangelio (Mt 26, 3-5.14-27.66: Pasión de nuestro Señor Jesucristo) cualquier palabra sobraría para llegar a comprender que fue el mayor acto de amor que pueda conocer la historia. Jesús muere en la Cruz para salvarnos del pecado,por amor a todos y cada uno de nosotros.
Ojalá estemos dispuestos a subir a Jerusalén, y hacer presente el acontecimiento y el mensaje de Jesús en medio de nuestro mundo. Que en estos días sagrados sepamos acompañar a este Señor y Maestro y, así aprendamos a estar también más cerca de los hermanos que sufren la angustia, la soledad, la incomprensión, las injusticias.
¡Feliz, profunda y “cristiana” Semana Santa!
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