Los niños y niñas de catequesis y confirmación de nuestra Parroquia,fueron acompañados de sus catequistas y sus padres, al encuentro de la Virgen en procesión,rezando y cantando, portando además el pasito de los tres pastorcitos a los que la Virgen de Fátima se les apareció: Francisco, Jacinta y Lucía.
Tras el emotivo encuentro, todos, pequeños y mayores, nos dirigimos dirección a la Parroquia, lugar donde se celebraría la Santa Eucaristía.
El Coro "Sal y Arena" acompañó con sus cantos.
Nos reunimos para celebrar con gozo este IIº Domingo de Pascua porque nos llenamos de la LUZ de Jesucristo Resucitado. Si todo parecía indicar que el proyecto de Jesús se había acabado en la cruz, ahora vemos de verdad que el Padre cumple sus promesas, que lo definitivo del hombre es siempre la VIDA, y que nada es tan grande como el AMOR que Él nos tiene. Y esto nos llena de esa alegría que se contagia y que lo invade todo, y esto hace que cada uno de nosotros vivamos con ilusión y entrega; que en nuestras comunidades vivamos unidos, alegres, con un mismo sentir, dando testimonio de la Resurrección de Cristo.
Que nosotros, al contrario, seamos capaces de seguir a Jesús aún sin haberlo visto. Que nos fiemos de su Palabra y del testimonio que otros nos han dado de Él.
La Primera Lectura (Hch 2, 42-47) nos cuenta cómo nació la Iglesia y como los primeros cristianos empezaron a vivir de una manera novedosa, ya que tenían a Jesús Resucitado con ellos.
En el Evangelio (Jn 20, 19-31) de este Domingo,llamado el de Tomás, por la especial escena sobre su fe, nos habla de cómo Tomás, sin ver, le costaba creer en Jesús Resucitado. Nos muestra el mensaje de la fe de Tomás y de su arrepentimiento por no creer. Y, así, desde entonces en la cristiandad resuena su “¡Dios mío y Señor Mío!” como una de las oraciones más bellas que podemos recitar en presencia del Señor Jesús Resucitado.
Una vez terminada la Eucaristía, se le cantó a la Virgen de Fátima, el tradicional canto "En la rama de una encina".
Cuando veo tu rostro,dulce virgen María,
me lleno de dicha y de gozo ,
tú me das mi alegría. Cuando veo tus ojos me das paz,me das vida,
yo siento tu calor y tu presencia al despertar cada dia.
Viviré junto a ti madre mía, guías mi vida,
mi camino y me cuidas.
Virgen querida de Fátima cuídanos noche y día.
AMEN.
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