ESTO DICE EL SEÑOR:
Sufres y me duele verte tan agobiado.
Yo sé que este cáliz por el que estas pasando es difícil, pero no te preocupes que yo te
daré fuerzas y valor para enfrentarlo y no solamente te daré mi fuerza y estaré contigo,
sino que a partir de este momento yo te tomaré en mis brazos y te llevaré en ellos
siempre que el camino se haga difícil.
Yo te amo mucho, más es necesario que pases por estas pruebas; es más si quieres
llorar, llora que yo te acompañaré y secaré cada una de tus lágrimas. Recuerda: se
acabará el sol y se secará el mar, pero mi amor por ti nunca dejará de ser.
Conozco mejor que tú cada cosa que te pasa, comprendo cómo te sientes, mas te repito:
no te preocupes, que yo con mi amor sanaré todas tus heridas, te amo tanto, tanto, que
volvería a dar mi vida por ti, deseo que tengas paz en tu vida.
Si tú sufres, si tú lloras, si esto te duele mucho, más me duele a mí. Ya que yo no
quisiera que nada perturbara tu paz, así que:
¡sonríe porque yo te amo!
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