La Primera Lectura (Is 6, 1-2a. 3-8) nos narra la vocación del profeta Isaías. Sorprende la confianza y la cercanía,
Isaías experimenta la necesidad de ser purificado, para ser profeta, mensajero de Dios en medio del pueblo. A todos nosotros hoy, nos dice que el conocimiento y presencia de Dios en nuestra alma nos responsabiliza inmediatamente con la misión que el Señor encomienda a cada uno. Y debemos acometer nuestra tarea sin miedo a nuestra fragilidad o limitaciones propias.
El Salmo (137) "Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor" es un himno de Acción de Gracias ya convertido en texto litúrgico en tiempos de Jesús. Viene a agradecer la fuerza y los dones de Dios. Para nosotros su efecto y contenido es igual. Hemos de dar gracias a Dios continuamente por todo lo que hace día a día por nosotros.
El Salmo (137) "Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor" es un himno de Acción de Gracias ya convertido en texto litúrgico en tiempos de Jesús. Viene a agradecer la fuerza y los dones de Dios. Para nosotros su efecto y contenido es igual. Hemos de dar gracias a Dios continuamente por todo lo que hace día a día por nosotros.
En el Evangelio (Lc 5, 1-11) podemos ver cómo los apóstoles dejan todo por seguir a Jesús. Y aun reconociendo como Pedro que eran pecadores, no erraron en la dirección de su camino. Nuestros pecados tampoco pueden ser excusa para estar lejos de la misión que Jesús nos propone a todos y cada uno de nosotros, aquí y ahora. Nuestra vocación ha de llevarse por delante de nuestros pecados emprendiendo el camino que nos lleva a la paz y al amor. Jesús nos lo pide y nos acompaña en nuestro camino.
Que Dios nos ayude a vivir hoy la vocación a la que hemos sido llamados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario