lunes, 6 de mayo de 2013

SEXTO DOMINGO DE PASCUA


Hemos avanzado en esta Pascua y así lo demuestra ya este domingo sexto del Tiempo Pascual.
Hemos seguido, todo el tiempo, en la presencia de Jesús Resucitado, hemos recorrido un importante trecho, pero la emoción no se acaba.  El próximo domingo celebraremos la Ascensión del Señor y el siguiente –dentro de quince días—será Pentecostés con la llegada del Espíritu Santo que nos ha prometido Jesús. Jesús hoy, nos vuelve a hablar de amor, del suyo y del que el Padre nos profesa. Nosotros hemos de responder, tanto para Dios como para los hermanos, con el mismo amor surgido de lo más hondo de nuestro ser.

Hay mucho más amor que odio en el mundo. El amor es una corriente que une a las personas. El amor es la única energía capaz de transformar este mundo porque Jesús nos dice en el Evangelio: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos”.

En las lecturas del sexto domingo de Pascua, el mensaje de Cristo resucitado nos invita a vivir en el amor fraterno, a preocuparnos por nuestro prójimo y nos recuerda sobre todo, que la fe es un gran don de amor que se ha de manifestar en cada uno de nuestros actos.
La palabra del Señor que hoy llega a nosotros, nos conduce, por medio de su Espíritu, al conocimiento de toda la verdad revelada por Jesús, pidiéndonos una absoluta fidelidad a ella, que sólo es posible gracias al auxilio de ese mismo Espíritu, que es quien infunde en nosotros el amor y nos transforma en templos vivos de Dios, en templos vivos del Espíritu Santo, que trae a nuestras vidas la concordia y la unión, alejándonos de las divisiones que causan nuestros egoísmos.

Como cristianos, hemos aprendido que el amor es la gran señal que nos acompaña. Sin amor no somos nada. Con el amor de Dios todo lo podemos, pero solamente podemos llenarnos del amor de Dios si Jesús nos manda el Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad, el Defensor que está siempre con nosotros. Quien realmente ama a Dios, es fiel a su palabra a pesar de que ella se contraríe con lo que el mundo nos propone diariamente.



Señor Jesús, danos fuerza para amar, 
amar a todos sin juzgar a nadie, amar de verdad, sin reservas, 
amar dando lo mejor de cada uno , amar con sinceridad a nuestros hermanos guardando tu Palabra, que es antorcha que ilumina nuestra vida, amar como tú nos amas, sin hacer distinción alguna.
Amén.







No hay comentarios:

Publicar un comentario