domingo, 27 de enero de 2013

III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Queridos hermanos, en este tercer domingo del tiempo ordinario, iniciamos la lectura continua del Evangelio de San Lucas. Él nos enseña a celebrar la Pascua: la Buena Noticia que cada domingo, y siempre, proclamamos vivamente en la Eucaristía.

Hay un tiempo que se mide con el reloj o el almanaque. Pero hay otro que es propio de cada persona, la ocasión propicia en que decidimos realizar determinados actos de la vida. En este domingo, en el que celebramos la Jornada de la Infancia Misionera, la liturgia nos habla del tiempo oportuno para convertirnos y seguir a Jesús que se presenta y se declara hoy, de manera evidente, como el Mesías esperado, consagrado por la unción y enviado a dar la Buena Noticia a los pobres, subrayando solemnemente que en Él se cumple la profecía.Cristo y su Evangelio son libertad para cautivos y oprimidos, vista para los ciegos del cuerpo o del alma, buena noticia para los pobres.

 Que la gracia de Jesús que nos llama a 
convertirnos y seguirlo nos acompañe 
y esté siempre con nosotros.

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