Hoy la Iglesia universal festeja la Fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret: Jesús, María Santísima y San José;el misterio del hogar de Jesucristo en la tierra: modelo y luz para todas las familias del mundo. El Hijo de Dios hecho hombre, a quien adorábamos en el humilde pesebre, forma parte de esa familia, nos ayuda a cada uno a caminar con el espíritu de Nazaret. Él mismo nos la pone como ejemplo en la obediencia a la ley y la convivencia en amor y unidad. Nuestra familia, como aquélla de Nazaret, tiene el sello de Dios.
En el clima dichoso y alegre de la Navidad, la Iglesia, reviviendo con nueva admiración el misterio del Emmanuel, el Dios con nosotros, nos invita a contemplar hoy a la Sagrada Familia de Nazaret. En la contemplación de este admirable modelo, la Iglesia descubre valores que vuelve a proponer a las mujeres y a los hombres de todos los tiempos y de todas las culturas. Él nos muestra cómo entiende esa voluntad divina, esta voluntad de Dios que no es objeto único de enseñanza, sino que es toda una actitud de vida que consiste en ser para las cosas del Padre.
Al escuchar las lecturas de esta jornada dedicada a la familia, contemplaremos diversos valores como la comprensión, la humildad, el amor... que ha de tener una buena familia cristiana. No siempre es fácil vivir el amor, la fortaleza, la fidelidad o la unión entre todos, pero, con el evangelio en la mano, veremos que la Sagrada Familia es un prototipo donde podemos encontrar y descubrir la grandeza y la sencillez de vida, viviendo unidos, en familia, la experiencia del Amor de Dios.En la Primera Lectura (Eclo 3, 2-6. 12-14) podemos vislumbrar el cuarto mandamiento "Honrarás a tu padre y a tu madre". Describe las actitudes de respeto, servicio y comprensión que han de observar los hijos frente a los padres, el que respeta a sus padres engrandece la relación humana y la orienta hacia Dios con el lenguaje único del amor. Se reconoce en los padres a los transmisores de la fe y de la vida, y por eso, honrarlos es motivo de bendición.
El sentido de los antiguos judíos sobre este salmo (127) que proclamamos hoy "Felices los que temen al Señor y siguen sus caminos" era que Dios premia al hombre y a la mujer fieles al Señor con muchos bienes familiares. Una buena familia, feliz y dichosa, es el gran premio. Para nosotros se puede decir lo mismo, la familia es una bendición permanente.
En la Segunda Lectura (Col 3, 12-21) el apóstol San Pablo nos exhorta a practicar las virtudes humanas y cristianas como elegidos de Dios, “que vuestra vida la presida la misericordia, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión, el perdón… y así la paz de Dios habitará en vuestros corazones”. Esto es, ir creando la comunidad cristiana como una familia, en cuyo seno se promueve la fraternidad, una familia nacida de un gran amor, el de Dios nuestro Padre.
En el Evangelio (Mt 2, 13-15. 19-23) se nos presenta como la Sagrada Familia tuvo que emigrar, que exiliarse a Egipto siendo Jesús un bebé. José de Nazaret recibió el mensaje del ángel del Señor que le comunicaba que Herodes quería matar al Niño. Y empezó el exilio de la Familia Santa.José ayudado por la intervención divina, se va a Egipto, estableciéndose finalmente en Nazaret.
Padre DIOS todo poderoso,que quisiste que
tu hijo Jesús naciera y creciera en el calor
tu hijo Jesús naciera y creciera en el calor
y en el amor familiar
al lado de María, y de San José,
bendice con tu Espíritu a nuestras familias cristianas,
que en medio de cansancios y esperanzas, dudas
y alegrías, gozos y temores,ilusiones
y desencantos, caminen hacia Ti.
Haz Señor, que crezca siempre más y más el amor mutuo de los esposos y de los padres e hijos entre sí.
Consolida la unión y el amor de quienes llamaste
al matrimonio y a la familia, y haz que en nuestros hogares,
se reflejen fielmente las virtudes
y la sencillez de la Familia de Nazaret.
AMÉN
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