domingo, 1 de diciembre de 2013

Iº DOMINGO DE ADVIENTO

Celebramos hoy, el primer Domingo de Adviento, empezando así un nuevo año litúrgico. Un año más los cristianos nos preparamos para recibir entre nosotros al Dios Niño. Jesús nace en Belén y la humanidad entera inicia una nueva andadura de paz, amor y alegría. Asumamos este nuevo Adviento como el definitivo, como aquel que nos hará mejores para siempre.

Comenzamos el Adviento, con una serie de signos que acompañan a estas cuatro semanas antes de que llegue la Navidad.Este tiempo de Adviento, tiempo de espera,en el que esperamos a Jesús, sabemos que el Señor va a venir en este niño, en esta promesa que se nos ha hecho,en este Enmanuel,este Dios con nosotros, por eso es necesario preparar el camino al Señor. Hemos preparado también en este día, la Corona de Adviento, con ramas, hojas y frutos secos, haciendo referencia al invierno, tambien haciendo referencia a lo que hay en lo profundo de nuestro corazón que es ese invierno que muchas veces nos separan del calor del amor de Dios y de cuántos nos rodean. El Señor nos invita a contemplar esta rama seca, apareciendo tras ella una llama signo de Jesucristo resucitado. 
Cada semana iremos encendiendo una vela dentro de esta corona, como simbolo de que queremos que Cristo ilumine lo más profundo de nuestra alma, que en aquellos rincones escondidos venga la luz de Cristo e ilumine lo más profundo que tenemos para que el Señor nos conceda la Conversión


Debemos esperar al Señor convirtiéndonos a Él, dejando de vivir para nosotros mismos y viviendo para los demás, preparando nuestra alma como aquel que prepara su casa para una visita importante, quitando todo aquello que estorba, para que el Señor que ya llega pueda renacer en nuestras vidas.

La liturgia de este día nos revela la próxima venida de Jesús y nos invita a prepararnos corrigiendo nuestras malas actitudes y pensamientos para estar atentos, vigilantes y recibirle en nuestra vida y en nuestro corazón.

En la Primera Lectura (Is 2, 1-5) el
 profeta Isaías, ve que todos los pueblos vendrán a Sión, que simboliza la Iglesia actual, para que escuchen las enseñanzas del Señor y obedezcan su palabra. Si caminamos a la luz del Señor, nos
realizaremos como fruto del Señor y habrá paz universal.

El salmista,quiere mostrar,cada vez que proclamamos el Salmo,"Vamos alegres a la casa del Señor",que el Señor nos da la alegría, la alegría de ser hijos de Dios y de vivir como tal.

En la Segunda Lectura (Rom 13, 11-14) San Pablo, en su carta a los romanos, nos exhorta a despertar del sueño porque nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer.Pablo nos dice que ya esta cerca el momento de el encuentro con Dios, cambiemos nuestro mal comportamiento, iniciemos en esta espera un cambio positivo en nuestra vida.

En el Evangelio de hoy (Mt 24, 37-44) Jesús nos invita a estar vigilantes. Nos advierte que debemos estar preparados para su llegada en todo momento. Saber discernir cual es la voluntad de Dios en cada situación puede ser la mejor manera de vivir preparados.
Debemos estar cargados de buenas obras para recibir al Señor que viene a nuestro encuentro.


Ven Señor , te estoy esperando.
Prepara mi vida personal para que 
sea la tierra donde crezcas.
Trabaja mi corazón para que
 sea la cuna donde nazcas.
Ilumina mis caminos para que pueda 
ir por ellos y encontrarte
Dame fuerza,para que pueda 
ofrecer al mundo lo que tú me das
Quiero estar, en vela, Señor entre otras cosas porque, 
tu Nacimiento,será la mejor noticia de la Noche Santa que se hará madrugada de amor inmenso en Belén.
¡VEN, SEÑOR!

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