La venida de Cristo al mundo se realiza en un triple plan: Pasado: Cristo vino en la historia hace 2013 años en Palestina; presente: Cristo viene en cada Eucaristía, en el hoy; y futuro: Cristo vendrá en gloria al final de los tiempos. El adviento es radicalmente cercanía y presencia del Señor.
La corona de Adviento, descripción y origen
La Corona de Adviento, tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica. La corona está formada por símbolos que la caracterizan:
Su forma circular.
La corona de Adviento, tiene forma circular, no tiene principio ni fin.Simboliza el amor de Dios por nosotros que es eterno, sin principio y sin fin, y también es señal de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe terminar.
Las cinco velas La corona de Adviento, tiene forma circular, no tiene principio ni fin.Simboliza el amor de Dios por nosotros que es eterno, sin principio y sin fin, y también es señal de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe terminar.
Nos hace pensar en la oscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas de la corona. Las velas son tres de color morado, que hablan del deseo de conversión y una rosa que habla de la alegría vivida con María, por la inminente llegada de Jesús. La vela blanca del centro es la Luz de Jesús que con su nacimiento, viene a iluminar definitivamente nuestra vida.
Personajes principales del Adviento
Personajes principales del Adviento
Son tres los personajes principales que nos presentan las lecturas de este tiempo como modelo para el cristiano: El profeta Isaías (figura de espera por la Salvación), Juan el Bautista (figura de preparación para la venida de nuestro Salvador Jesucristo) y la Virgen María (madre del Mesías, figura de la espera gozosa compartida con todos nosotros los cristianos por el nacimiento de Jesús que ya llega).
Isaías nos anuncia cómo será el Mesías que vendrá.Sacude la conciencia del pueblo para crear en él actitud de
espera. Exige pureza de corazón.
Juan el Bautista nos muestra quién es el Mesías, que ya ha venido. Él mismo, es modelo de austeridad y de ferviente espera.
María es la figura clave de este tiempo de adviento. En ella, culmina la espera de Israel. Es la más fiel acogedora de la palabra hecha carne. La recibe en su seno y en su corazón. Ella le prestó su vida y su sangre. María es Jesús comenzado. Ella hizo posible la primera navidad y es modelo y cauce para todas las venidas de Dios a los hombres. María, por su fidelidad, es ejemplo y madre de la Iglesia.
¿Cuál debe ser nuestra actitud ante este tiempo de Adviento?
Nuestra preparación no tiene que ser sólo litúrgica, sino también espiritual y moral. Llama a la conversión del corazón y a la renovación de vida. El tiempo de Adviento no es un tiempo de penitencia al estilo de la cuaresma, que busca la conversión por el hecho de conocer el sacrificio de Jesús por nosotros en la cruz. El Adviento es el tiempo favorable para emprender un cambio del corazón y para dar un nuevo y decisivo paso en nuestro caminar diario, es conversión como preparación por la espera de Jesús.
La actitud del cristiano en los días del adviento debe ser:
- Actitud de espera y vigilancia. El mundo necesita de Dios. El adviento nos ayuda a comprender mejor el corazón del hombre y su tendencia insaciable de felicidad.
- El retorno a Dios. El adviento nos ayuda a conocer mejor a Dios y su amor al mundo. Nos da conocimiento interno de Cristo, que siendo rico se hizo y se hace pobre por cada uno de nosotros
- Actitud de conversión. Con Cristo, el reino está cerca, dentro de nosotros. La voz de Juan el Bautista es el clamor del adviento: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios ... » (Is 40,3-5). Este tiempo nos enseña a hacernos presentes en la historia de la salvación de los ambientes, a entender el amor como salida de nosotros mismos y la solidaridad plena con los que sufren.
- Saber que Jesús es el Mesías esperado por todo nosotros.Luchará contra todo mal y lo vencerá ,no por la violencia, sino por el camino de una victimación de amor. La salvación pasa por el encuentro personal con Cristo.
-Actitud gozosa y llena de alegría. La venida del Mesías constituye el anuncio del gran gozo para el pueblo, de una alegría que conmueve hasta los mismos cielos cuando el pecador se arrepiente. El adviento nos enseña a conocer que Cristo, y su pascua, es la fiesta segura y definitiva de la nueva humanidad.
Isaías nos anuncia cómo será el Mesías que vendrá.Sacude la conciencia del pueblo para crear en él actitud de
espera. Exige pureza de corazón.
María es la figura clave de este tiempo de adviento. En ella, culmina la espera de Israel. Es la más fiel acogedora de la palabra hecha carne. La recibe en su seno y en su corazón. Ella le prestó su vida y su sangre. María es Jesús comenzado. Ella hizo posible la primera navidad y es modelo y cauce para todas las venidas de Dios a los hombres. María, por su fidelidad, es ejemplo y madre de la Iglesia.
¿Cuál debe ser nuestra actitud ante este tiempo de Adviento?
Nuestra preparación no tiene que ser sólo litúrgica, sino también espiritual y moral. Llama a la conversión del corazón y a la renovación de vida. El tiempo de Adviento no es un tiempo de penitencia al estilo de la cuaresma, que busca la conversión por el hecho de conocer el sacrificio de Jesús por nosotros en la cruz. El Adviento es el tiempo favorable para emprender un cambio del corazón y para dar un nuevo y decisivo paso en nuestro caminar diario, es conversión como preparación por la espera de Jesús.
La actitud del cristiano en los días del adviento debe ser:
- Actitud de espera y vigilancia. El mundo necesita de Dios. El adviento nos ayuda a comprender mejor el corazón del hombre y su tendencia insaciable de felicidad.
- El retorno a Dios. El adviento nos ayuda a conocer mejor a Dios y su amor al mundo. Nos da conocimiento interno de Cristo, que siendo rico se hizo y se hace pobre por cada uno de nosotros
- Actitud de conversión. Con Cristo, el reino está cerca, dentro de nosotros. La voz de Juan el Bautista es el clamor del adviento: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios ... » (Is 40,3-5). Este tiempo nos enseña a hacernos presentes en la historia de la salvación de los ambientes, a entender el amor como salida de nosotros mismos y la solidaridad plena con los que sufren.
- Saber que Jesús es el Mesías esperado por todo nosotros.Luchará contra todo mal y lo vencerá ,no por la violencia, sino por el camino de una victimación de amor. La salvación pasa por el encuentro personal con Cristo.
-Actitud gozosa y llena de alegría. La venida del Mesías constituye el anuncio del gran gozo para el pueblo, de una alegría que conmueve hasta los mismos cielos cuando el pecador se arrepiente. El adviento nos enseña a conocer que Cristo, y su pascua, es la fiesta segura y definitiva de la nueva humanidad.
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