Esta dinámica, consistió en concienciar a los pequeños de la importancia de la amistad, la importancia de los otros en nuestra vida. Somos el espejo que vemos reflejado en nuestros amigos, nuestros compañeros. La amistad es un gran tesoro que hay que cultivar, es como una semilla, que con cariño y cuidado diario comienza a crecer.
Si no se cuida comienza a secarse y no da frutos de verdadera amistad. Algunas veces podemos sentir soledad, podemos sentirnos solos, pero debemos abrir los ojos para darnos cuenta que Jesús está con nosotros y nos acompaña siempre.
Jesús es nuestro gran amigo que nos ayuda a nosotros a crecer, a ser mejores personas cada día. Él está cerca de nosotros y no nos deja nunca solos.
Tras dialogar con los niños acerca de cómo podemos cultivar nuestra amistad con Jesús, realizaron utilizando el método de la papiroflexia, un corazón.
Dentro de éste, escribieron la siguiente oración:
Jesús, ayúdame a darme cuenta que
nunca, nunca, nunca… estoy solo.
A mi lado siempre estás Tú.
¡Gracias, amigo!
El objetivo de esta actividad fue que los pequeños pudieran reflexionar acerca de lo importante que es sentir que Dios nos ama profundamente, que envío a su hijo Jesús, para salvarnos, para acompañarnos como un buen amigo en nuestro caminar por la vida siguiendo su ejemplo, cultivando nuestra amistad con él.
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