Cáritas Parroquial se ve obligada a cerrar sus puertas en el mes de agosto, debido a la falta de recursos para poder atender a las familias que de forma masiva han acudido durante este año,viéndose obligadas a pedir esta ayuda.
La crisis ha cambiado mucho el perfil de las personas que se acercan a pedir ayuda. Aumentan las familias jóvenes con niños pequeños, en primer lugar; parados recientes que comienzan a agotar la prestación por desempleo y a entrar en situación de "ingreso cero" en sus hogares; hombres solos sin hogar y en paro; mujeres mayores con pensiones mínimas, e inmigrantes en situación irregular.
Gracias a la ayuda prestada por parte del Banco de Alimentos, otras parroquias y colegios,las cuotas de socios, las colectas parroquiales y los donativos de muchas personas concienciadas con la situación de crisis que azota en estos momentos a nuestro país, hemos podido hacer frente a meses bastante duros en los que veíamos como aumentaba de forma masiva el número de familias atendidas,mientras los alimentos comenzaban a escasear. Hemos pasado de 25 familias a 40 familias atendidas por semana.
Desde aquí, en nombre de Cáritas y de sus voluntarios queremos agradecer a toda institución, grupo y/o personas que con su colaboración económica y la aportación de alimentos realizada durante estos años, han hecho posible la atención de centenares de familias, subsanando,en la medida de lo posible, las primeras necesidades de éstas.
También instamos a todo aquel que quiera colaborar con nosotros,de forma económica o aportando diversos alimentos de primera necesidad, a contribuir en esta tarea de ayudar al prójimo.
"Ayudar al prójimo nunca es una pérdida de tiempo."
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