¡ALELUYA, ALELUYA, EL SEÑOR RESUCITÓ¡
El sábado santo es el día del gran silencio: Jesús muerto en la cruz, ha sido colocado en el sepulcro. En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo ha pasado de la muerte a la vida, la iglesia nos invita a todos sus hijos, dispersos por el mundo, a que nos reunamos en oración. Si recordamos así la Pascua del Señor, oyendo su Palabra y celebrando sus misterios, podemos esperar tener parte en su triunfo sobre la muerte y vivir con Él siempre en Dios. Vivamos con profundidad, alegría y asombro la madre de todas las vigilias y celebraciones cristianas: la Vigilia Pascual.
La celebración de esta noche es la máxima expresión de la liturgia cristiana. Comienza en el exterior del templo con el rito llamado "Lucernario", en el que se bendice el fuego nuevo, de cuyas brasas se encenderá el Cirio Pascual - Luz de Cristo - que efectivamente significa al mismo Cristo resucitado, Luz de las almas y de las naciones, que gobierna el tiempo y la eternidad, ya que él es el principio y el fin,el alfa y la omega, y cuya luz nos comunica a cada uno de nosotros para ser convertidos todos en Luz de Cristo resucitado.
La celebración de esta noche es la máxima expresión de la liturgia cristiana. Comienza en el exterior del templo con el rito llamado "Lucernario", en el que se bendice el fuego nuevo, de cuyas brasas se encenderá el Cirio Pascual - Luz de Cristo - que efectivamente significa al mismo Cristo resucitado, Luz de las almas y de las naciones, que gobierna el tiempo y la eternidad, ya que él es el principio y el fin,el alfa y la omega, y cuya luz nos comunica a cada uno de nosotros para ser convertidos todos en Luz de Cristo resucitado.
Tras la bendición del Cirio Pascual, todos los allí reunidos fueron hacia el interior de la Iglesia, una vez colocado el Cirio Pascual, y tras el pregón pascual realizado por el diácono, se dió paso a la liturgia de la Palabra.
Nueve lecturas que presentan en síntesis
la Historia de la Salvación. Las lecturas se hacen a manera de diálogo entre
Dios y la comunidad, cada una está precedida de momentos de silencio,
aclamaciones y cantos de salmos. Las siete primeras lecturas se hacen del
Antiguo Testamento, para admirar la obra de la Creación; recordar los
prodigios que hizo Dios con Israel su Pueblo ; leer a los profetas que
anunciaron la Salvación que Dios realizaría para todos los hombres; las
siguientes dos lecturas, la carta de San Pablo en la que se anuncia a la nueva Iglesia
que Cristo resucitado de entre los muertos, ya no muere más y la más
importante, el Evangelio, que narra la Resurrección del Señor. Con la resurrección de Jesús, podemos recordar todo ese camino andado por Dios. Hoy, en esta Pascua, en cada uno de nuestros corazones, Cristo resucitado da un paso más.
Otro punto importante de esta celebración gozosa, fue la bendición del agua de la pila bautismal, y la renovación de las promesas bautismales de todos los presentes.
Recordando nuestro propio bautismo por el que se nos incorporó a la vida de Dios,el sacerdote asperjó con el agua bendita a los feligreses como signo que nos hace presente la grandeza de Dios y el compromiso que adquirimos en el bautismo, cuando renacimos a la nueva Vida de Cristo Resucitado.
¡Hemos resucitado con Cristo!
Llegamos al momento central de nuestra celebración. Jesús resucitado se hace presente entre nosotros con los signos que nos dejó: el pan y el vino. Con Cristo hemos muerto y hemos resucitado, comiendo su cuerpo y su sangre tenemos vida en Él, recibimos a aquel que en la pobreza del pan y del vino late y vive con toda su divinidad.
Otro punto importante de esta celebración gozosa, fue la bendición del agua de la pila bautismal, y la renovación de las promesas bautismales de todos los presentes.
Recordando nuestro propio bautismo por el que se nos incorporó a la vida de Dios,el sacerdote asperjó con el agua bendita a los feligreses como signo que nos hace presente la grandeza de Dios y el compromiso que adquirimos en el bautismo, cuando renacimos a la nueva Vida de Cristo Resucitado.
¡Hemos resucitado con Cristo!
Llegamos al momento central de nuestra celebración. Jesús resucitado se hace presente entre nosotros con los signos que nos dejó: el pan y el vino. Con Cristo hemos muerto y hemos resucitado, comiendo su cuerpo y su sangre tenemos vida en Él, recibimos a aquel que en la pobreza del pan y del vino late y vive con toda su divinidad.
¡Cuanta alegría! ¡El Señor está vivo! ¡Murió y resucitó por ti, por mí,por todos nosotros! Con esta alegría hemos celebrado en la Vigilia Pascual este gran misterio de su Amor y entrega por el cual Jesús nos abre las puertas del Cielo.Hoy estamos de fiesta. Es un día de gran alegría porque Jesús ha Resucitado y la muerte ha sido vencida.
Oh Dios, que por medio de tu Hijo nos has
dado el fuego de tu luz, enciende en nosotros
una fe tan viva que seamos luz y sal
entre nuestros hermanos. Amén
Una vez finalizada la Eucaristía, tuvo lugar un pequeño ágape en los salones parroquiales para celebrar en esta noche santa, la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
" Señor haznos experimentar la alegría de tu luz, ayúdanos a ser portadores de esa luz, con el fin de que, a través de la Iglesia, el esplendor de tu rostro entre en el mundo y esté presente todos los días de nuestra vida"
¡FELIZ PASCUA!
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