El tiempo de Pascua nos reúne para celebrar, más que nunca, la resurrección de Jesucristo. En este Cuarto Domingo de Pascua, llamado también domingo del Buen Pastor, hoy Jesús nos dice que Él es el Buen Pastor. Son frecuentes esos ejemplos del Señor Jesús sacados de la habitual vida agraria que se vivía en su tiempo. Y llega a nosotros como algo muy grande e importante, porque Jesús es el Único Pastor y todos los cristianos –de cualquier iglesia—deben ser las ovejas de un único rebaño.Cristo se presenta precisamente como el buen pastor que da la vida por sus ovejas. Además,hoy la Iglesia Universal celebra la Jornada de Oración por las vocaciones, este año bajo el lema: "Las vocaciones signo de la esperanza fundada sobre la fe".
En la primera lectura del Libro
de los Hechos podemos observar actitudes distintas ante la Palabra de Dios que Pablo y
Bernabé predican: unos la acogen con alegría y otros con insultos.
La segunda lectura del Libro del Apocalipsis expresa el triunfo final de los que han sido cristianos fieles.
En el Evangelio de hoy, se alaba a los que escuchan la voz del Buen Pastor. Jesús, verdadero Dios, se presenta a sí mismo como el prototipo del buen pastor. Él nos dice que conoce a sus ovejas y ellas escuchan su voz y le siguen, es decir que Él vive en contacto directo con sus ovejas, guiándolas y defendiéndolas, nadie podrá arrebatárselas de su mano. Todo nos invita a la unidad, a romper cualquier discordia o enfrentamiento con nuestros hermanos, y nos invita especialmente a prestar oídos en la vida a la llamada de Dios.
La segunda lectura del Libro del Apocalipsis expresa el triunfo final de los que han sido cristianos fieles.
En el Evangelio de hoy, se alaba a los que escuchan la voz del Buen Pastor. Jesús, verdadero Dios, se presenta a sí mismo como el prototipo del buen pastor. Él nos dice que conoce a sus ovejas y ellas escuchan su voz y le siguen, es decir que Él vive en contacto directo con sus ovejas, guiándolas y defendiéndolas, nadie podrá arrebatárselas de su mano. Todo nos invita a la unidad, a romper cualquier discordia o enfrentamiento con nuestros hermanos, y nos invita especialmente a prestar oídos en la vida a la llamada de Dios.
Ven, Jesús, a buscarme, busca a la oveja perdida.
Ven, pastor. Deja las noventa y nueve
y busca la que se ha perdido.
Ven hacia mí. Estoy lejos.
Me amenaza la batida de los lobos.
Búscame, encuéntrame, acógeme, llévame.
Puedes encontrar al que buscas,
tomarlo en brazos y llevarlo.
Ven y llévame sobre tus huellas. Ven Tú mismo.
Habrá liberación en la tierra
y alegría en el cielo.
¡Señor ayúdame a conocerte internamente para que más te ame y te siga!
No hay comentarios:
Publicar un comentario