martes, 24 de febrero de 2015

CARTA PASTORAL DE MONS. RAFAEL ZORNOZA BOY AL COMIENZO DEL TIEMPO DE CUARESMA 2015.

Queridos fieles cristianos, sacerdotes, religiosos y consagrados: 

La cuaresma es una llamada a la liberación interior que puede tocar a cada uno en lo mas profundo. Los católicos del mundo entero hemos comenzado la cuaresma. Hemos visto llenarse las iglesias con fieles que quieren vivir esta preparación a la Pascua. La tradición popular de esta liturgia y su arraigo nos hace constatar que son muchísimos los fieles que buscan este momento con gran generosidad y un profundo deseo de renovación interior. Al recibir la ceniza se nos ha invitado a la humildad y a la conversión: “Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás”, “ Conviértete y cree en el evangelio”, es decir, ahonda en tu vida, profundiza tu fe. El Miércoles de Ceniza hemos inaugurado esta etapa con una llamada al ayuno, a la oración y a la limosna. Necesariamente hemos de ser auténticos, cosa que no sucede sin reflexión para replantear las cosas de la vida, nuestra coherencia e integridad y, sobre todo, la fidelidad al Señor que nos ha creado por amor y que, con un amor excesivo, ha dado la vida por nosotros. Por eso decía San Agustín que este tiempo “no solo es parte de nuestra vida, sino la representación de la vida entera”. La llamada habitual de la Iglesia en cuaresma a vivir en oración, ayuno y limosna parecen estar pasadas de moda para algunos. Creo, sin embargo, que son de una extraordinaria modernidad. Orar supone entrar en la profundidad de uno mismo para reencontrar a Dios. Ayunar es situarse con libertad ante los deseos espontáneos y aparentemente insaciables. La limosna es compartir resistiéndose ante la voluntad de poder y de posesión a favor de la generosidad que nos engrandece cuando crecemos en solidaridad y sobriedad. No se trata, pues, en modo alguno de cumplir un formalismo externo. Al contrario, es el camino que nos hace progresar en libertad interior, en el “secreto del corazón”, como dice el evangelio, y nos asemeja a Cristo. La Cuaresma entera está orientada hacia la libertad. Nuestra sensibilidad moderna por la libertad se pone de manifiesto cada día. Recordemos por ejemplo la defensa de la libertad de expresión a raíz de los atentados de París. Sin embargo, esta dimensión externa de la libertad que forma parte de la democracia no es suficiente por si misma: tenemos que preguntarnos hasta que punto somos esclavos de nuestros miedos, prejuicios, cegueras o violencias. Las libertades legales no resuelven todo. Es decir, cada día debemos profundizar en la lógica de la libertad personal, que es siempre una conquista. La libertad más profunda del hombre reclama siempre a la conciencia, a la ética, al sentido de las cosas y de la vida misma. Y nos compromete. Tiene que ver con la verdad. Decía San Agustín que “no se entra en la verdad sino por la caridad”. Quizá por esto hay que añadir que adquirir la libertad mayor necesita el auxilio del cielo, que es también fruto de un regalo. La liberación del pueblo de la Antigua Alianza que hizo Moisés no es más que una muestra de la que nos obtiene Cristo, nuevo Moisés, que libera a toda la humanidad por su cruz y resurrección, de la esclavitud del pecado y de la muerte. El bautismo nos procura y difunde esta libertad de la Pascua. La experiencia cada vez más extendida entre nosotros de adultos que se bautizan en Pascua nos devuelve la conciencia de este milagro de libertad que experimentan cuantos abrazan la fe con todas sus consecuencias, conversos que dejan atrás fuertes historias de esclavitud. La preparación para esta vivencia de fe que es la Pascua nos obliga a tomar conciencia de nuestras servidumbres interiores, de los obstáculos y lastres que encadenan la libertad. Cristo con su luz nos las hace ver, y con su poder nos levanta y hace caminar a su lado. Porque la libertad hay que conseguirla, hay que hacerse libre, lo cual supone un trabajo y un don. Hay que distinguir siempre entre la libertad exterior que me ofrece los derechos y la libertad interior para escoger el bien que se reconoce. Los poderes públicos deben garantizar la primera pero la segunda solo la adquiere cada uno cuando supera sus miedos, su egoísmo, su falta de valor y de autenticidad. La conquista de la libertad está siempre tentada. Las tentaciones no son, ni por asomo, esas cosas placenteras que nos dan “la alegría de vivir” y que la Iglesia “aguafiestas” nos quiere impedir. Son siempre una trampa a la libertad. Son una promesa mágica para tener éxito, pero que nos arrastra al peor fracaso. El mal existe y nos introduce en una dinámica destructiva, aunque nos riamos de la iconografía caricaturesca de los demonios colorados y con cuernos. La mayor argucia de esta incitación es enmascarar las intenciones de nuestros actos, querer tenerlo todo sin elegir el bien ni descartar el mal decididamente, instalarnos en el odio o la maledicencia, en la complicidad del mal justificándonos con procedimientos de lo políticamente correcto, con lo que es aceptado sin discreción evangélica, en el “todo vale”, en perpetuarse en lo más placentero sin discriminación, en la burla impune y demoledora hasta de lo más sagrado. Sin embargo, la misericordia de Dios no se reduce a un sentimiento blandengue del amor que traga con todo. Más aún, es el bien que erradica la dureza de corazón, que asume el reto de confesar los pecados y de proponerse no permitirlos, y que permite que habiten en la inteligencia y en el corazón los sentimientos de Cristo. Él pasó por el mundo haciendo el bien a costa de su vida y nos hace querer dar la vida por amor y mirar al mundo con espíritu de servicio constructivo. Su libertad es la garantía de la magnanimidad. Disponemos de cuarenta días para entrenarnos en esta difícil libertad, para romper cadenas, para actualizar nuestra frágil pertenencia a Dios, para lograr que Jesucristo ocupe el centro de nuestra vida, para ajustar todos los niveles de fe, esperanza y caridad. El gozo de ser de Cristo nos hace bienaventurados si entramos en la lógica del amor en la escuela de la ofrenda, en la aventura gozosa del discípulo. De este modo la Cuaresma nos debe servir para abrir la puerta y facilitar la comunicación entre nosotros y Dios, e inmediatamente, para la relación fraterna verdadera.
El Papa nos ha hecho la llamada a tener en cuenta a los demás hasta superar la “globalización de la indiferencia”. Si nos hemos cerrado en nuestro mundo interior, si dejamos de interesarnos por los otros, de “sus problemas, sufrimientos, de las injusticias que padecen... entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: “yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien”. Esto es la misión, dice el Papa, “lo que el amor no puede callar”. La misericordia es la verdad de Dios y la verdad del hombre. Por medio de la caridad, de las obras de amor que nos ayudan a socorrer al prójimo en sus necesidades y a compartir con los demás lo que poseemos, ayudamos a abrir las puertas del amor para que la gente reconozca el rostro de Dios, Nuestro Salvador. El Papa Francisco nos recuerda la necesidad de la misión, de abrir todos los caminos para hacer viable el conocimiento de Jesucristo, pero no podemos olvidar que solo se puede testimoniar lo que antes se ha experimentado: llevaremos a Cristo si antes nos hemos encontrado con Él. La exigencia es patente: dejar la indiferencia y la lejanía en favor de una relación con Dios más convencida, y descubrir el dolor y el sufrimiento de los hermanos para hacerlos propios. Hay que pasar de una situación de mediocridad y tibieza a un fervor más sentido y profundo; de una manifestación tímida de la fe al testimonio abierto y valiente del propio credo, de un amor a nuestra medida a dilatar el corazón a la medida de Dios. San Agustín narró su encuentro inolvidable con el Señor, que tanto le marcó. Le proporcionó la energía y la fuerza para entregarle la vida. Se expresaba así: “Me llamaste, me gritaste, y desfondaste mi sordera. Relampagueaste, resplandeciste, y tu resplandor disipó mi ceguera, exhalaste tus perfumes, respiré hondo y suspiro por Ti, te he paladeado y me muero de hambre y de sed, me has tocado y ardo en deseos de tu paz” (Conf. X. 27, 38). Decía también: “Si dijeses basta, estás perdido. Ve siempre a más, camina siempre, progresa siempre. No permanezcas en el mismo sitio, no retrocedas, no te desvíes”. La seguridad que nos da el Señor es más fuerte que todas las dificultades y tentaciones : “Si el Señor está con nosotros, quién contra nosotros... ¿quién nos separará del amor de Cristo?... nada ni nadie podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Rm 8,31-38). La cuaresma nos sitúa sorprendentemente en las luchas contemporáneas, en las dificultades del hombre de hoy. Si el Señor nos transforma seremos los más útiles para la sociedad, promotores de justicia y esperanza, hacedores de bien, caricia divina para los desheredados. Disponemos de cuarenta días para hacernos libres con la ayuda de Dios y la de las oraciones de todos los santos: los enfermos, los perseguidos, los consagrados, etc.
Os animo, por consiguiente, a vivir bien la liturgia dominical y los actos de piedad personal, especialmente el Vía Crucis y el Santo Rosario; también a leer diariamente el evangelio; a participar de las Conferencias Cuaresmales que se impartirán en muchas de nuestros templos; a confesar los pecados con propósito de cambiar acudiendo al sacramento renovador de la reconciliación; a ayunar, recordando las normas sobre el ayuno y la abstinencia, pero también con la privación de cuanto nos hace vivir con dependencias nocivas y con esclavitudes. Os invito además a la limosna para atender a los pobres, apoyando especialmente el proyecto de Cáritas Diocesana para “Familias en exclusión”. Finalmente, a participar también en las “24 horas para Dios”, una Adoración Eucarística con confesiones que nos propone el Papa Francisco los días 13 y 14 de marzo. La oración de intercesión de unos por otros nos fortalece a todos. Celebrar la Cuaresma y la Pascua bien es una gracia para cada bautizado que puede ver renovada su vida a fondo. La liturgia, sus tiempos y celebraciones, nos acercan a la fuente de donde brota el Misterio de Dios que transforma el corazón y nuestras obras en una sinergia que nos impregna del Espíritu Santo para hacernos conformes a Cristo. María, Madre de Misericordia, abogada y defensa de los débiles, está a nuestro lado siempre en las pruebas y, más aún, en este combate de fidelidad. Como mendigos de la misericordia de Dios que ordena nuestro amor no echemos en saco roto la gracia de Dios que abunda en estos días.

+ Rafael, Obispo de Cádiz y Ceuta

(Fuente extraída de http://www.obispadodecadizyceuta.org.)

domingo, 22 de febrero de 2015

Iº DOMINGO DE CUARESMA. CICLO B.

Con la ceniza que nos pusimos el miércoles, comenzamos la cuaresma; hoy es el Primer Domingo de Cuaresma, y en este primer domingo, Dios quiere hacernos un hermoso regalo. Nos quiere regalar un arcoíris colgado del cielo, que une el cielo con la tierra, y que significa que Él siempre está ahí acompañándonos en nuestro camino, por muy duro que este sea. Dios nos invita a mirar al cielo y saber que siempre nos acompaña, poniendo una nota de color a las dificultades de nuestro día a día.

Hoy, si miramos al mundo, hay muchas complicaciones y situaciones que nos asustan. Las lecturas que vamos a escuchar son una llamada a ver y sentir a Dios como Alguien que nos elige, nos conduce y nos saca de la esclavitud. Para ello es necesario que confesemos, frente a toda tentación, que Jesús es el Señor y que la Iglesia es un altavoz por el que lo escuchamos y lo vamos conociendo. 

En la Primera Lectura (Gn 9, 8-15) el proyecto de los orígenes se ha quebrado, ha surgido el desequilibrio. Sin embargo, Dios no cede en su empeño. Por eso, hace una alianza con Noé y sus descendientes: el diluvio no volverá a devastar la Tierra. El Señor ha apostado y apuesta siempre por su pueblo y en favor de la vida. 

El Salmo (24) "Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza"
 es una oración personal pidiendo a Dios su amparo y su guía por los caminos que Él mismo ha marcado para cada uno de nosotros; caminos de verdad y de justicia.

En la Segunda Lectura (1 P. 3, 18-22) el apóstol Pedro nos recuerda la victoria del Espíritu del Señor, que devuelve la vida a Jesús. Ese Espíritu anima y conduce a Jesús a proclamar la Buena Nueva. Esa misma fuerza, recibida en el bautismo, nos anima también a nosotros, siempre con la certeza de la presencia del Señor en nuestro caminar. 

El Evangelio (Mc 1, 12-15) nos narra como para Israel, el desierto fue un lugar de prueba, de experiencia y de encuentro con Dios. También para Jesús el desierto fue un lugar de prueba, de experiencia y de encuentro con Dios, su Padre. Una vez que Jesús superó la prueba del desierto, comienza su misión de proclamar la Buena Noticia e invita a la conversión y a creer en el Evangelio. Hoy esa invitación se nos dirige a nosotros, seguidores de ese Jesús.

El mensaje de este domingo nos invita a descubrir los caminos de Dios. Aprender de Jesús esos caminos tan distintos de los nuestros. ¿Qué quiere Dios de mí? El Señor nos invita a depositar nuestra confianza en él, a vivir fieles a su voluntad, que es nuestra felicidad.


Contigo en el desierto, Señor,
escucharé al silencio que habla
y la Palabra que resuena.
Me sentiré preparado para la misión
para así, ofrecerme hasta desgastarme
contigo y por Ti, mi Señor.

miércoles, 18 de febrero de 2015

MIÉRCOLES DE CENIZA. CICLO B

Nos hemos reunido hoy, Miércoles de Ceniza,
grandes y pequeños para iniciar la Cuaresma. Para nosotros es un día muy especial, la Iglesia nos ofrece un rito de perdón, de reconciliación, de antiguas y entrañables resonancias, que siempre nos resultan nuevas. La imposición de la ceniza es símbolo,sobre todo, de abrirse a la misericordia divina. Cuaresma significa 40 días, tiempo que nos llevará hasta la Semana Santa y en el que vamos a intentar varias cosas:
-Conocer más a Jesús a través de su Palabra. 
- Descubrir nuestras enfermedades espirituales (pecados) para intentar ser como Jesús quiere. 
Comencemos, esta Santa Cuaresma, pidiendo al Señor perdón, escuchando su Palabra y, a continuación, después de sabernos pecadores, que la ceniza nos haga convertirnos y volver de los caminos equivocados.

A esta Eucaristía grandes y pequeños se dieron cita para recibir la ceniza, símbolo del comienzo de la Cuaresma, tiempo de reflexión, de cambio. Además el Coro Juvenil Parroquial de Sta. Mª Micaela amenizó con sus cantos dicha Eucaristía.


Hoy, y nos puede sorprender, el Señor nos llama a cambiar, a convertirnos del pecado, para seguir el camino del bien con la ayuda de la oración.

En la Primera Lectura (J
oel 2, 12-18) el profeta Joel transmite la Palabra de Dios que pide arrepentimiento y conversión. Pide el Señor que rasguemos los corazones y no las vestiduras. El Señor quiere que nuestra penitencia y reconciliación con Él sea auténtica.

El Salmo (50) "Misericordia Señor, hemos pecado" es muy hermoso y durante siglos ha sido la oración especial de la Iglesia para exhibir arrepentimiento, pero también la alegría por haber recuperado la amistad de Dios. El salmista pide a Dios que el Señor le devuelva la alegría de Su salvación.

En la Segunda Lectura (2 Co.5,20-6,2) el apóstol Pablo recomienda trabajar la reconciliación con Dios, que significa volver a Dios de todo corazón por medio de Jesucristo. De ahí que invita a vivir este tiempo de gracia y de salvación. La reconciliación crea un nuevo estilo de vida. Dejémosle al Señor modelarnos con su amor misericordioso. 

El Evangelio ( Mt 6,1-6.16-18) propone un camino para este tiempo de gracia: caminar con el mismo espíritu que Jesús vivió su camino hacia el Padre. No se trata de vivir la limosna, la oración y el ayuno de manera mecánica; tampoco como moneda de cambio para obtener los favores de Dios. Alimentarse diariamente en la oración; practicar la justicia y la caridad con los más desfavorecidos, ser capaces de privarse para que otros puedan tener lo necesario... es todo un estilo de caminar. En silencio, sin que lo sepa nadie ya que nuestro Padre que lo ve todo nos recompensará.


Porque te necesito, Señor.
Inclino mi cabeza y digo que sólo Tú eres grande.
Abro mi corazón y confieso que necesito cambiar.
Pienso en mi interior y te pido que vengas a redimirme.
Escucho tu Palabra y creo que 
sólo ellas son únicas y verdaderas.
Quiero subir contigo, Jesús, al Monte Santo,
y si faltan cirineos, intentar con tu cruz ayudarte,
y si una cruz queda vacía, desde ella, poder yo gritarte:
¡Acuérdate de mí, cuando estés en tu Reino!

martes, 17 de febrero de 2015

HISTORIA PARA LOS MÁS PEQUES: "LA VELA DEL SAGRARIO."

Esta hermosa historia que encontraréis a continuación, os puede servir de ayuda para explicar a los más pequeños la importancia del encuentro con Jesús, amigo que nunca falla.

Un domingo por la mañana, la Sra. Pérez decidió llevar a su hijo pequeño Juanito a la iglesia por primera vez. Pensó que como era la primera vez que llevaba a su pequeño sería mejor irse temprano para ser los primeros en llegar. La Sra. Pérez se apresuró para estar lista y llegar a la iglesia lo más pronto posible. Lo primero que hizo al llegar a la Iglesia fue enseñar a Juanito a hacer la genuflexión. Juanito aprendió a hacerla y lo hizo con mucho respeto- que lugar tan silencioso- pensó Juanito. La Sra. Pérez tomó a Juanito de la mano y siguieron hacía el interior de la Iglesia. Con voz suave, mientras caminaban, le preguntó el niño a su mamá: 
¿Quién vive aquí? 
- Aquí vive Jesús,y Él está muy contento de que tú estés aquí. Te ama mucho y quiere que aprendas a hablar con él - contestó ella.
- Pero ¿cómo sabes que Jesús esta aquí mamá?- respondió Juanito, algo inquieto.
- Bueno, hijo, mira a tu alrededor, a ver si puedes encontrar el lugar especial donde vive Jesús. 
Al instante la Sra.  Pérez soltó a Juanito de la mano y el pequeño comenzó a caminar muy calladito por toda el templo. Veía todo lo que había allí y no podía creer tanta belleza. Todo le parecía maravilloso. Regresó con su mamá y le dijo: 
Mamá, no pude encontrar a Jesús ¿dónde está?
- Sigue buscando hijo mío, sigue buscando. 
El pequeño Juanito comenzó su búsqueda de nuevo pero esta vez subió hasta donde estaba el altar. Miraba hacia arriba y hacia abajo pidiendo a Jesús que saliera para verlo. De pronto vió a su derecha y descubrió una vela roja. La miró con mucha atención. La llama de la pequeña vela parecía extraña y llena de paz al mismo tiempo. Se le quedó mirando y decidió hablar con ella: 
- ¿Eres de verdad una vela? ¿Por qué te estás consumiendo tan despacio? ¿Será porque tú crees que Jesús de veras está presente aquí? ¿Puedes hablar conmigo por favor? 
La llamita de la vela comenzó a moverse de arriba abajo como queriendo contestar las preguntas de Juanito.
La llamita no se pudo contener y le contestó: 
Juanito, tengo un mensaje de Jesús para ti - el niño apenas lo podía creer. Miró para ver si su mamá estaba todavía en el templo y si ella también estaba escuchando aquélla voz dulce y serena. Al voltear a ver, Juanito vió a su mamá orando de rodillas en la última banca. Todo estaba en silencio total y Juanito no sabía que hacer. Buscaba a su alrededor para ver si había alguien más que estuviera escuchando la voz pero no había nadie. Él y su mamá eran los únicos que estaban en la iglesia a esa hora. La voz suave continuó: 
- Si Juanito, yo tengo un mensaje para tí, y es del mismo Jesús. Él quiere que sepas que está aquí, está más cerca de tí que nadie. Él esta ahí en el Sagrario. Juanito no sabía donde estaba el Sagrario y buscó por todo el templo. La vela continuó:
- El Sagrario está ahí al frente bajo el crucifijo. Jesús está escondidito en las formas consagradas. Créeme Juanito, Él está verdaderamente presente en el Sagrario.
- ¿De veras? - Contestó el niño. 
- ¿Eso quiere decir que cada vez que venga a la iglesia puedo ir hacia el Sagrario y encontrar a Jesús listo para escucharme? 
- Por supuesto, respondió la vela. 
- Cada vez que necesites a un amigo lo encontrarás en Jesús. ¿Sabes otra cosa Juanito? Cada vez que vengas a la iglesia siempre encontrarás una vela encendida como yo cerca del Sagrario y eso significa que me consumo de amor por Jesús. La vela encendida es una señal para los niños como tú que necesitan saber y estar seguros de que Jesús está de verdad presente en el Sagrario. Permanezco encendida también porque Jesús ha dicho que Él es “La luz del mundo”, y al verme la gente recordará esas palabras. -¡Que maravilloso! gritó Juanito. ¡Ahora ya sé donde buscar a Jesús!

Enseguida, Juanito caminó despacio y con mucho respeto hacia el frente del altar y se quedó mirando hacia el Sagrario. Juanito no podía creer lo que le acababa de ocurrir. Miró una vez más hacia donde estaba su mamá y ella aún continuaba orando en el mismo sitio. Juanito decidió hacer lo mismo, se arrodilló, cerró sus ojitos y comenzó a hablar con Jesús. Le decía:
- “Mi amigo Jesús, yo sé que Tú estás presente aquí en la iglesia y sé que me estás escuchando y que me amas y por eso te doy las gracias. Te doy gracias por mi mamá, mi papá y por todo lo que me has dado. Te doy las gracias de manera especial por permitirme descubrir el lugar donde Tú vives: “El Sagrario”. Te doy las gracias por todas las cosas, Jesús, muchas gracias”.


Juanito terminó su oración y permaneció callado unos minutos, luego, abrió sus ojos para ver a todos lados y ¡que sorpresa!, el templo ya estaba lleno de personas. Miró hacia atrás para ver si su mamá todavía estaba en el mismo lugar, pero no pudo ver nada. Comenzó a tener miedo y sus lagrimitas comenzaron a rodar por sus mejillas pero, luego, se dió cuenta que estaba en el lugar más seguro de todo el mundo, sonrió, se enjugó sus lágrimas y comenzó a caminar hacia atrás del templo. Al llegar a la última banca vió que su mamá le sonreía, la Sra. Pérez abrió sus brazos para abrazar a su pequeño Juanito y él dejó de sentir miedo. 
Le dijo: -¿encontraste a Jesús Juanito?
- Sí, contestó él, Jesús vive en el Sagrario, y ¿sabes qué mamá? Le pedí a Jesús que me hiciera tan pequeño, tan pequeño, para que pudiera entrar en su Sagrario por la cerradura de la puerta y una vez dentro con Él, me hiciera tan grande tan grande que nadie me pudiera sacar de ahí. Yo amo a Jesús mamá y me gustaría poder estar con Él siempre. 
La mamá no sabía que decir. Abrazó a su pequeño y lo besó, mientras le decía: -“Juanito, de ahora en adelante tú y yo vamos a venir a Misa todos los domingos, y cada vez que Jesús te vea te sonreirá porque te ama mas que nadie. Debes creer esto siempre Juanito, Jesús te ama.
El rostro de Juanito se iluminó y desde entonces fue muy respetuoso y amó mucho a Jesús. Se portaba muy bien en la iglesia y cada vez que iba a Misa hablaba con Jesús como con su mejor Amigo.


domingo, 15 de febrero de 2015

VIº DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO.CICLO B


Celebramos hoy el VI Domingo del Tiempo Ordinario, y en este domingo, continuamos siguiendo los pasos de Jesús, el Maestro, y vamos descubriendo en él, tanto el proyecto de Dios que nos ofrece, como también el estilo de ser y de vivir que ello conlleva. De ahí que hoy se nos presente a este Jesús acercándose a un leproso; esto es, a un marginado de aquella sociedad, y le ofrece el don de la vida, en el sentido más pleno: inserción en la comunidad, liberación de los tabúes que conllevaba la enfermedad, la salud y una nueva vida. Aquí nos llegará la invitación del Maestro: empeñarnos en eliminar las barreras que hay en nuestro entorno, en medio de nosotros. 

¿Cómo nos portamos ante los demás? ¿Qué actitud tenemos frente a Dios? ¿Somos serviciales, amables, buenos, entregados? San Pablo nos va a recordar que todos somos iguales ante Dios. Además, en el Evangelio de este día, veremos a Jesús haciendo lo que mejor sabe hacer: el bien a los demás. Es todo un ejemplo para todos nosotros.

La Primera Lectura (Lv.13, 1-2. 44-46) nos muestra como la lepra era considerada en el pueblo de Israel una enfermedad tabú, una enfermedad contagiosa desde un punto de vista sanitario y también era considerada como un castigo por el pecado. Por eso, todo leproso era excluido del pueblo para que no contaminara a la comunidad. Se le prohibía toda relación con los demás. La lepra era la mayor muralla social de aquel tiempo. 

Con el Salmo (31) 
"Tú eres mi refugio; me rodeas de cantos de liberación” que proclamemos hoy manifestamos que si reconocemos nuestro pecado seremos perdonados. Si, por el contrario, nuestra soberbia ciega a naturaleza de nuestra falta el perdón no llegará. Nos pide que dejemos la soberbia y acudamos cerca de Dios, que, como Padre Bueno, perdona y olvida todas nuestras faltas.

En la Segunda Lectura (1 Co. 10, 31-11, 1) el apóstol Pablo se pone como ejemplo para los cristianos de Corinto y es que el nuevo estilo de pensar y de vivir, que parte del encuentro con Cristo, su Señor, ha cambiado complemente la vida de este seguidor. De ahí que se ofrece como modelo de seguimiento. Cristo es, en definitiva, el criterio último para la conducta de los creyentes. 

En el Evangelio (Mc 1, 40-45) Jesús rompe las barreras impuestas por los usos sociales y las leyes religiosas. La vida del leproso era una muerte en vida. Jesús se compadece; es decir, hace suyos sus sufrimientos, y no se aleja de él por temor, sino que se acerca y lo toca con la mano y, sobre todo, le ofrece, de parte de Dios, una nueva vida. He aquí la enorme novedad de su mensaje.

El mensaje de este domingo se nos presenta, pues, en un marco de liberación y de vida. Jesús, se acerca al leproso para poder presentarle el don de la vida de Dios Padre, su cercanía, que siempre se muestra por encima de leyes 
legales.El amor de Dios es mucho más grande de todos los condicionantes sociales y culturales.


Soy un leproso, Señor
cuando vivo en la mentira.
Cuando me creo el mejor,     
c
uando no comparto lo que tengo
Soy un leproso, Señor
cuando me olvido de Ti y no rezo.
Cuando me aparto de Ti y no creo, 
c
uando pienso sólo en lo que veo
Ayúdame, Señor, a ser como tú, 
tratando a los demás con el mismo amor 
que tú los tratas.

AMEN

sábado, 14 de febrero de 2015

CONOCE LA VIDA DE LOS SANTOS, HOY SAN VALENTÍN, PATRONO DE LOS ENAMORADOS

El amor de Dios reina en el corazón de todos los santos, pero hay uno que tiene la dicha de ser el patrón de los enamorados: San Valentín. Según dice una tradición, San Valentín arriesgaba su vida para casar cristianamente a las parejas durante el tiempo de persecución. Por fin entregó su vida en el martirio, que es la máxima manifestación del amor. El amor de este santo sacerdote por Jesucristo y por defender el Sacramento del Matrimonio nos inspira a elevar el amor humano a las alturas del amor divino para el cual fuimos creados. Los cristianos debemos aprovechar esta fiesta para recuperar el sentido cristiano del amor y del matrimonio a la luz de Cristo.

¿Como llegó San Valentín a ser el día de los enamorados?

1. Para abolir la costumbre pagana de que los jóvenes sacaran por suerte nombres de jovencitas, en honor de la diosa del sexo y la fertilidad llamada Februata Juno, celebrada el 15 de este mes, algunos pastores substituyeron esta costumbre, escribiendo nombres de santos. Así con el tiempo la fiesta sería cristianizada y se celebraba en vez San Valentín.

2. El 14 de febrero se envían postales los enamorados porque, según la creencia medieval procedente de Inglaterra y Francia, ese día, es decir, a mediados del segundo mes del año, "todas las aves escogen su pareja".

Aunque San Valentín sigue siendo reconocido como verdadero santo de la Iglesia, muy poco se sabe de seguro sobre su vida, fuera del hecho de su martirio. Es por eso que el calendario litúrgico celebra el 14 de Febrero a los Santos Cirilo y Metodio en vez de a San Valentín.

El Martirologio Romano presenta dos santos con el nombre de Valentín:

Uno es Obispo de Interamna y el otro sacerdote de Roma. Es posible que se trate del mismo santo que fuera llevado desde su ciudad a Roma para el martirio. Esto se sospecha porque, además de tener el mismo nombre, ambos fueron decapitados en la Vía Flaminia y tienen su fiesta el 14 de febrero.

1. San Valentín de Terni. Nació en Interamna. Fue ordenado por San Felicio de Foligno. Consagrado obispo de Interamna por el papa Victor I c. 197. Famoso por su evangelización, milagros y curaciones. Fue arrestado, torturado y decapitado por Placido Furius durante la persecución de Aurelius. Lo mataron de noche y en secreto para evitar la reacción del pueblo de Terni donde era muy amado. Lo enterraron en la Vía Flaminia, entre Roma y Terni. Su restos mortales están hoy en la Catedral de Terni.

2. San Valentín de Roma. Con San Mario y su familia socorría a los presos que iban a ser martirizados durante la persecución de Claudio el Godo. Fue aprehendido y enviado por el emperador al prefecto de Roma, quien al ver que todas sus promesas para hacerlo renunciar a su fe eran ineficaces, mandó que lo golpearan con mazas y después lo decapitaran. Esto ocurrió el 14, de febrero, por el año 269.
Parece que fue el Papa Julio I quien hizo construir una iglesia cerca de Ponte Mole en memoria del mártir, la cual por mucho tiempo dio el nombre a la puerta hoy llamada Porta del Popolo en Roma (Antes Porta Valentini). La mayor parte de sus reliquias están ahora en la iglesia de Santa Praxedes (cerca de la basílica de Sta. Maria la Mayor, Roma).

Se encuentra mencionado su nombre entre los mártires ilustres en el sacramentario de San Gregorio, en el Misal Romano de Thomasio y en los martirologios.

jueves, 12 de febrero de 2015

VISITA A EL ROCIO-BOLLULLOS DEL CONDADO


Para el próximo día 28 de febrero, hay programada una excursión al Rocío- Bollullos del Condado.

La salida será a las 07:00hrs. de la mañana desde Algeciras dirección a Huelva con una breve parada en ruta. Tras la llegada se visitará el Rocío aldea del municipio de Almonte, lugar donde se celebrará una importante peregrinación mariana. Al finalizar la visita se trasladarán a Bollullos del Condado donde se tendrá el almuerzo en un restaurante. Por la tarde podrán visitar esta localidad. A las 18:00hrs. (aprox. de la tarde) se regresará a Algeciras, teniendo una breve parada en ruta. La llegada será a las 22:00hrs. aprox.


El precio por persona es de 35'00€. éste incluye:
-Autocar para el itinerario descrito.
-Almuerzo en restaurante de Bollullos del Condado.
-Guía acompañante.
-Seguro de viaje + IVA.

El precio no incluye entradas a monumentos ni extras no especificados en el programa.

Si estás interesado/a en participar de esta excursión, acude a nuestra Parroquia de Sta. Mª Micaela ( La Bajadilla) y pregunta por Juan.

¡Anímate y ven!

COMUNICADO POR PARTE DE LA ASOCIACIÓN PARROQUIAL NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE FÁTIMA Y DEL BEATO FRAY LEOPOLDO DE ALPANDEIRE












La Asociación Parroquial Nuestra Señora del Rosario de Fátima y del Beato Fray Leopoldo de Alpandeire comunica que en la Asamblea General Ordinaria celebrada el pasado día 3 de febrero, todos los puntos tratados fueron aprobados por unanimidad.


Debido a que el día 5 de febrero se cumplía el período de mandato de la actual Junta Directiva, después de la Asamblea Ordinaria, se celebró otra con carácter extraordinario donde se aprobó por unanimidad convocar elecciones para el día 24 de febrero. A partir del día 5, esta Junta Directiva actúa en funciones

Quien lo desee, hasta el día 20 de febrero, puede presentar su candidatura en la Secretaria de la Parroquia de 18:30h. a 19:30 hrs. de la tarde, que una vez aceptada será expuesta en el tablón de anuncios de la Parroquia. La votación se hará el día 24 de febrero después de la misa de 19:00hrs. de la tarde y a las 20:00 hrs. se hará el recuento de los votos. Quedando constituida así la nueva Junta Directiva.

domingo, 8 de febrero de 2015

Vº DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B


Celebramos hoy, en este V Domingo del Tiempo Ordinario, la Jornada de Manos Unidas, la campaña contra el hambre en el mundo. Es necesario escuchar el grito de dolor y sufrimiento de tantos hombres que viven y mueren en situación dramática. Seguimos acompañando a Jesús que nos libra de todo mal. Él, se pone de parte de aquellos hombres que quieren ser salvados. De parte de aquellos que, sufriendo, recurren a Él para calmar y curar sus dolores. También nosotros, en muchos momentos, sentimos que algo dentro de nuestros corazones, pensamientos o deseos no funciona bien. No dejemos que, nada ni nadie, el mal, el bienestar, el poder o el ruido del mundo, apaguen la voz del Señor. Dejemos que, el Señor nos toque y cure la fiebre de nuestra apatía, tristeza, falta de oración o de caridad.

El sufrimiento es una realidad en el mundo: no todo es felicidad ni bonito en la vida. Pero, como Job, es bueno saber esperar en Dios. Comprender que, al final, las pruebas, las guerras, la sangre ha de terminar. La paciencia es importante en la vida de los cristianos. La liturgia de la Palabra, nos va a abrir los ojos de nuestro corazón para poder contemplar a Jesús como el médico y Señor que viene a mostrarnos el proyecto de vida del Padre para con nosotros. Y Jesús hace realidad ese plan de Dios. Así lo veremos en el evangelio. 

En la Primera Lectura (Job, 7, 1-4. 6-7) Job, quiere responder al interrogante del sufrimiento y de la muerte del justo. Job define la vida como un servicio que está caracterizado por el esfuerzo y el sufrimiento. Discute con Dios y quiere una explicación, pues no acepta con facilidad las palabras de consolación de sus amigos. Forzado por su situación, medita sobre la brevedad de la vida y pone su confianza en Dios.

El Salmo (146)" Alabad al Señor que cura los corazones destrozados" muestra que Dios vendrá en nuestro apoyo si estamos cerca de Él, que a pesar de las dificultades que nos podamos encontrar en la vida, tenemos que confiar en Dios Padre que es la roca firme que nos ayuda y fortalece.

En la Segunda Lectura (1 Co. 9, 16-19. 22-23) Pablo reflexiona sobre su vida y descubre su propia vocación: ha recibido el encargo de anunciar el Evangelio y lo cumple con generosidad y dedicación. Anuncia el Evangelio, haciéndose débil con los débiles y todo para todos, con tal de ganarlos para Cristo. Él, por su trabajo evangelizador, no espera ninguna recompensa humana. Eso mismo le hace sentirse libre para el servicio de su Señor.

El Evangelio de hoy 
(Mc 1, 29-39) nos presenta a Jesús profundamente comprometido con la causa de Dios en favor de la humanidad. De ahí que libera al hombre de situaciones de dolor y de marginación; se enfrenta al mal y vence a la enfermedad. Asimismo, nos dirá que para llevar a término su misión, Jesús se retira a orar al Padre.
 
Hermanos: no olvidemos que el lugar privilegiado de la experiencia de Dios es la vida, particularmente cuanto está abierta y entregada en favor de los necesitados y marginados; al servicio de la justicia que humaniza el ser humano; cuando se entrega -a fondo perdido-por el bien del hermano.

Que no me olvide, Jesús,
que tu mensaje se mantiene vivo
no sólo en el árbol de la palabrería
sino en el fruto de las buenas obras
Que tu mensaje se difunde con fuerza
cuando nuestras manos son alivio,
esperanza y fuerza moral
para los que se sienten desarmados
y sin más horizonte que la muerte.
Que no me olvide, Jesús, 
que tus preocupaciones,
han de ser las mías.
Que tus desvelos, 
han de contar 
con horas de mis horas.
Amén

miércoles, 4 de febrero de 2015

SOLEMNE TRIDUO BEATO FRAY LEOPOLDO DE ALPANDEIRE


La Asociación Nuestra Señora del Rosario de Fátima y del Beato Fray Leopoldo de Alpandeire celebra el Solemne triduo en honor al Beato Fray Leopoldo de Alpandeire los días 5, 6 y 7 de Febrero.
ORACIÓN, SANTO ROSARIO Y EUCARISTÍA.

lunes, 2 de febrero de 2015

FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR.


Cada 2 de febrero la Iglesia Universal celebra la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, donde se realiza el encuentro con Simeón y Ana, que se entiende como el encuentro del Señor con su pueblo, y además se realiza la purificación ritual de la Virgen María.

En esa época cuando nacía el primogénito era llevado a los cuarenta días al Templo para su presentación, así como lo describe la Ley de Moisés, por eso desde el 25 de diciembre que se celebra el nacimiento del Verbo encarnado al 2 de febrero, José y María cumplieron con llevarlo a consagrar.
Al llegar al Templo, se encuentran con Simeón, a quien el Espíritu Santo prometió que no moriría sin antes ver al Salvador del mundo, y fue el mismo Espíritu quien le dijo al profeta que ese pequeño niño era el Redentor y Salvador de la humanidad. También en este día se encontraba en el Templo la hija de Fanuel de la Tribu de Aser, de nombre Ana, de edad muy avanzada; Ana enviudó a los 7 años de haberse casado y permaneció así hasta los 84 años, y paraba día y noche en el Templo sirviendo a Dios y ofrecía ayunos y oraciones. Ana al ver al niño alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

La fiesta de la Presentación del Señor, es una fiesta antiquísima de origen oriental. La Iglesia de Jerusalén la celebraba ya en el siglo IV. Se celebraba allí a los cuarenta días de la fiesta de la epifanía, el 14 de febrero. Desde Jerusalén, la fiesta se propagó a otras iglesias de Oriente y de Occidente. En el siglo VII, aproximadamente, había sido introducida en Roma. Se asoció con esta fiesta una procesión de las candelas. La Iglesia romana celebraba la fiesta cuarenta días después de navidad. Entre las iglesias orientales se conocía esta fiesta como "La fiesta del Encuentro" (en griego, Hypapante), nombre muy significativo y expresivo, que destaca un aspecto fundamental de la fiesta: el encuentro del Ungido de Dios con su pueblo, obedeciendo a la ley mosaica, los padres de Jesús llevaron a su hijo al templo cuarenta días después de su nacimiento para presentarlo al Señor y hacer una ofrenda por él. 

Esta fiesta comenzó a ser conocida en Occidente, desde el siglo X, con el nombre de Purificación de la bienaventurada Virgen María. Fue incluida entre las fiestas de Nuestra Señora; pero esto no era del todo correcto, ya que la Iglesia celebra en este día, esencialmente, un misterio de nuestro Señor. En el calendario romano, revisado en 1969, se cambió el nombre por el de "La Presentación del Señor". Esta es una indicación más verdadera de la naturaleza y del objeto de la fiesta. Sin embargo, ello no quiere decir que infravaloremos el papel importantísimo de María en los acontecimientos que celebramos. Los misterios de Cristo y de su madre están estrechamente ligados, de manera que nos encontramos aquí con una especie de celebración dual, una fiesta de Cristo y de María.

domingo, 1 de febrero de 2015

IVº DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B


En este IVº Domingo del Tiempo Ordinario, Jesús nos quiere pedir que nos mostremos ante Él tal y como somos, con nuestros fallos, nuestras faltas, nuestros errores. Jesús nos recuerda que nos quiere profundamente aunque nos equivocamos, aunque cometamos errores, pero sobre todo, nos ama porque tenemos la capacidad de pedir perdón y perdonar. Y si sabemos mostrarnos ante él con el corazón abierto y arrepentido, nos mostrará el camino para ser mejores con todo su cariño.

La Palabra de Dios nos presentará hoy a Jesús como el verdadero profeta de Dios, que dice y vive su voluntad y, por eso, hace presente ese proyecto de vida y de liberación de Dios para con la humanidad. Así lo vemos en el evangelio de hoy. En Él, todos nosotros, hoy, estamos llamados a vivir la coherencia: creer desde el corazón y, sobre todo, vivir lo que decimos y creemos. 


En la Primera Lectura (Dt. 18, 15-20) vemos cómo Dios, por medio de Moisés, anuncia la futura llegada de un gran profeta que, influido por el Padre Dios, hablará con sus palabras. Él será el portavoz de Dios y actuará en su nombre. Así el pueblo sabrá cuáles son los caminos queridos por Dios.

El Salmo (94) "Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor; no endurezcáis vuestro corazón" es uno de los muchos que reconocen en Dios el creador de todo. El salmista se asombra ante la magnificencia de la creación e irrumpe con un canto vibrante y lleno de esperanza. Pero también el autor del salmo 94 recuerda la obstinación del hombre ante la misericordia permanente del Señor. Y así evoca los episodios de Meribá y Masá cuando el pueblo se rebeló contra el camino marcado por Dios. 

En la Segunda Lectura (1 Co. 7, 32-35) se esperaba la segunda venida del Señor y no parecía muy oportuno cambiar en esos tiempos de provisionalidad. De todos modos, no dejan de ser las palabras de Pablo un buen argumento para la doctrina del celibato eclesial. Pablo nos dice que Dios nos quiere tanto, que nos quiere libres para decidir cuál es el camino por el que queremos seguirle. Y que va a estar contento y orgulloso de nosotros, siempre que lo hagamos de corazón y lo hagamos a Él participante privilegiado de nuestra vida.

El Evangelio (Mc 1, 21-28) muestra la autoridad en la enseñanza de Jesús, que contrasta con la palabrería habitual de escribas y doctores acostumbrados a hablar mucho y a decir poco. En el Evangelio de Marcos que se proclama hoy se advierte la especial percepción de la gente sencilla que ve en Jesús de Nazaret una capacidad de enseñanza directa, fuerte y asequible. Por otro lado, el ejemplo puesto por el reconocimiento de esa misma autoridad por parte de los demonios pone en primer plano la existencia del demonio frente a la muy polémica tendencia que la niega. El Evangelio nos enseña a creer en la suprema autoridad de Jesús, nuestro maestro.

En medio de tanta palabra como se da en nuestras vidas, de tanta comunicación, con abundancia de imágenes, viene su Palabra a enseñarnos lo que Dios quiere de nosotros. Jesús es esa Palabra cargada de vida, avalada por sus acciones, acciones siempre liberadoras



Háblame, Señor, para que mis palabras 
sean también verdad y sinceridad.
Háblame, Señor, p
ara que, luego yo,
recuerde y medite tus palabras,
medite y pregone tus palabras,
piense y diga tus palabras.
Háblame, Señor, p
ara que, allá donde yo esté,
haga algo por Ti,  
diga algo de Ti,
transforme mi corazón por Ti.
Háblame, Señor, p
ara que nunca me canse 
de luchar 
e intentar hacer un pedazo de cielo
ahora, entre nosotros y aquí.

AMEN