domingo, 30 de noviembre de 2014

I DOMINGO DE ADVIENTO. CICLO B

Hoy en este domingo, iniciamos un nuevo Año Litúrgico, el ciclo B, y con él un nuevo Adviento: tiempo de gracia y esperanza. Ésta es la invitación que se nos hace: vivir en actitud vigilante, despiertos. Él, el Señor Jesús,quiere crecer dentro de cada uno de nosotros, curar nuestras heridas, enderezar nuestros caminos y preparar su Reino. Dios se hizo presente ya en la Navidad de su Hijo, pero sólo unos pocos le recibieron. Él viene a nuestro encuentro en su Palabra, en los sacramentos, en los acontecimientos que vivimos día a día, en cada hombre y mujer. ¡Atentos! Permanezcamos despiertos, sin dormirnos, no vaya a ser que no reconozcamos al Señor cuando venga a nuestro encuentro.

Comenzamos el Adviento, con una serie de signos que acompañan a estas cuatro semanas antes de que llegue la Navidad. Este tiempo de Adviento, tiempo de espera, sabemos que el Señor va a venir en este niño, en esta promesa que se nos ha hecho,en este Enmanuel ,este Dios con nosotros, por eso es necesario preparar el camino al Señor. Cada domingo de Adviento,iremos encendiendo una vela dentro de esta corona, como símbolo de que queremos que Cristo ilumine lo más profundo de nuestra vida, que en aquellos rincones escondidos venga la luz de Cristo e ilumine lo más profundo que tenemos para que el Señor nos conceda la Conversión. 

Debemos esperar al Señor convirtiéndonos a Él, dejando de vivir para nosotros mismos y viviendo para los demás, preparando nuestra alma como aquel que prepara su casa para una visita importante, quitando todo aquello que estorba, para que el Señor que ya llega pueda renacer en nuestras vidas.

La liturgia que hoy escuchamos nos animan a ser fieles al Señor, a no mirar hacia otro lado. A estar despiertos, vigilantes porque el Señor está pronto a venir.

En la Primera Lectura (Is 63, 16-17; 64, 1. 3-8) el pueblo de Israel anhelaba la presencia de Dios para recobrar el sentido de sus vidas; esperaban que Él les sacara de la rutina en la que vivían. Por eso, el profeta Isaías ruega a Dios que rasgue los cielos y venga cuanto antes a salvarlos. El Dios que rasga los cielos y desciende no es un Dios ocasional; es el “Dios-con-nosotros” que viene a estar en el centro de nuestra vida. Es un Dios que no exige ni pide cuentas, es un Dios que se nos da, se entrega sin reservas.

Cuando proclamamos este Salmo (79) "Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve", mostramos nuestra fiel confianza en Dios, nuestro Padre, que siempre está dispuesto a perdonar nuestros pecados y a volver su mirada amorosa y misericordiosa hacia cada uno de nosotros.

En la Segunda Lectura (1 Co 1, 3-9) el apóstol Pablo,
profundiza en el sentido de la espera; y es que mientras esperamos, es necesario dar testimonio de todo aquello que hemos vivido y experimentado. Esto es, la nueva vida lograda por medio de Cristo, el Señor. Todo ello será posible porque Dios es siempre fiel. 

El Evangelio (Mc 13, 33-37) nos hace hoy una llamada a la vigilancia porque el Señor se está acercando. No podemos ni dormirnos ni desentendernos; hay que estar alerta. No podemos delegar en nadie el encargo de vigilar y trabajar. Sólo así podremos descubrir y vivir diariamente su presencia en nuestras vidas y en nuestro mundo. 


Señor Jesús, al comenzar el adviento, 
nos ponemos ante ti, con todo lo que somos 
y llevamos en nuestro interior. 
Tú nos invitas a caminar hacia ti, 
fuente de vida, de verdad y de paz.
Tu luz nos alumbra los ojos de la fe para seguir 
esperando el milagro de la vida. 
Tu amor nos abre los oídos para 
escuchar confiados tus promesas . 
Ven Señor, no tardes en llegar a nuestras vidas. 

Amén.

martes, 25 de noviembre de 2014

COLABORACIÓN POR PARTE DEL C.P CAMPO DE GIBRALTAR A NUESTRA CÁRITAS PARROQUIAL.


Este martes, día 25 de noviembre, Día Mundial contra la Violencia de Género, el C.P Campo de Gibraltar ha realizado una recogida de alimentos destinada a contribuir con nuestra Cáritas Parroquial en la ayuda a las familias atendidas y necesitadas del barrio.

Desde nuestra Cáritas Parroquial, queremos agradecer a todos los que colaboraron en esta recogida de alimentos su solidaridad.


¡MUCHAS GRACIAS!

lunes, 24 de noviembre de 2014

SANTA MISA POR LOS DIFUNTOS DE LA BAJADILLA Y DE LA ASOCIACIÓN NTRA.SRA. DE FÁTIMA


El próximo martes, día 25 de Noviembre, tras la exposición y oración ante el Santísimo de las 18:00h. de la tarde; se celebrará en la Parroquia a las 19:00h.(horario habitual de la celebración de las misas) la Santa Misa, presidida por nuestro párroco, el padre Carlos, en recuerdo de todos los difuntos de nuestra barriada de la Bajadilla y de la Asociación Ntra. Sra. de Fátima. 

sábado, 22 de noviembre de 2014

XXXIVº DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO.


Celebramos hoy el XXXIVº Domingo del Tiempo Ordinario. La Iglesia celebra hoy la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, fiesta creada por el Papa Pío XI en 1925 marcando así el final del año litúrgico. Con el Adviento,que lo celebraremos la próxima semana, comenzaremos el principio de un nuevo año litúrgico. 
Con esta Solemnidad de Cristo Rey del Universo recordamos que Jesús es Señor y Servidor, es Rey y Pastor. Él nos enseña cómo ser siervos fieles, para atender las necesidades de nuestros hermanos más débiles. Jesús está cerca de nosotros. Su realeza sorprende, no es de poder, sino de mansedumbre. No es de mando, sino de servicio. No es de lujo, ni de ostentación, sino de pobreza y humildad. De ahí pues la singularidad de esta celebración que debemos asumir con entrega y emoción.

La liturgia nos plantea lo siguiente: Jesús es el Señor, el único Señor y Rey del Universo. A Él corresponde devolver al Padre un mundo salvado y reconciliado. Pero, compartir el señorío de Jesús, y ser admitidos a su derecha, es abrirse a las necesidades de los demás; es reconocerle en el pobre y el necesitado; es trabajar por un mundo solidario, una sociedad libre y justa, abierta a Dios.

En la Primera Lectura (Ez.
11-12. 15-17) el profeta Ezequiel anuncia al verdadero pastor que guiará a la humanidad por el buen camino, cuidando a los más débiles y velando con amor por las ovejas enfermas y sanas.

Con el Salmo (22) "El Señor es mi pastor, nada me falta", manifestamos cada vez que lo proclamamos, nuestra absoluta confianza en el Señor, nuestro buen pastor que cuida y da la vida por sus ovejas. 

En la Segunda Lectura (1 Co. 15, 20-26. 28) el apóstol Pablo expone, el carácter absoluto del Reino de Dios. Así nos dirá que si Adán nos condujo a la muerte, Cristo nos ha conducido a la vida. De ahí que el Señor Jesús camine a la cabeza del grupo de los que buscan a Dios, y lo introduce en el Reino del Padre.

En el Evangelio (Mt 25, 31-46) la parábola del juicio final, que se nos ofrece, nos plantea la suerte de toda persona que se decide en virtud de su capacidad de reaccionar con misericordia ante los que sufren hambre, sed, desamparo, enfermedad, cárcel, destierro… Ésta es la propuesta de Jesús a su comunidad, a cada uno de sus seguidores. Y éste es el examen final para cada ser humano. No es posible justificarse ni engañarse con falsos planteamientos. La vivencia y la puesta en práctica de la Bienaventuranzas es el principio fundamental del Reino de Dios.


Jesús, Tú , eres el Rey del universo,
 en tu sabiduría creaste todo de la nada 
y en tu infinita misericordia diste tu vida por nosotros, 
para que nosotros podamos reinar un día en nuestra historia presente y en el cielo junto a ti. 
Gracias Señor ,porque en esta eucaristía hemos 
contemplado que reinar desde la cruz y desde este trono 
has sometido a nuestro enemigo el diablo. 
Gracias Señor Dios del Universo.

lunes, 17 de noviembre de 2014

CONVIVENCIA GRUPO DE POSTCOMUNIÓN - CONFIRMACIÓN DE LA PARROQUIA. "LA RUTA DE LOS SAGRARIOS."


El pasado sábado día 15 de noviembre, parte de nuestr@s niñ@s del Grupo de Postcomunión - Confirmación de la Parroquia, pertenecientes además al coro juvenil parroquial, realizaron una convivencia "La Ruta de los Sagrarios" junto a sus catequistas y nuestro párroco, el padre Carlos. Esta ruta, consistía en visitar otras Parroquias de Algeciras para rezar ante los sagrarios, además de realizar una catequesis sobre cada elemento que en él se encontraban.

El punto de partida, fue nuestra Parroquia, en nuestro Sagrario realizaron una introducción para que los niñ@s comprendieran el verdadero significado que tiene el Sagrario para la vida del Cristiano. 
El Sagrario es, como decía el Papa Pablo VI, el corazón viviente de nuestras Iglesias. Jesús Sacramentado se encuentra en él y es el mejor sitio para hablar con él, para agradecerle, para pedirle perdón, para preguntarle qué quiere de cada uno de nosotros, y desde el fondo de nuestro corazón sentir que está a nuestro lado, siempre presente en nuestras vidas. Tras la introducción,tuvieron un rato de oración.


Al finalizar, se pusieron en camino hacia la segunda parada, la Parroquia de San Antonio de Padua.


Allí, ante el Sagrario, nuestro párroco, el Padre Carlos realizó una hermosa catequesis explicando cada detalle del Sagrario, además habló del Sacramento del Bautismo, profundizando en cada signo y símbolo del mismo.



También se habló de la vida de los Santos que allí veían, San Bernardo, y Santa Ángela de la Cruz.


Para finalizar la visita a la Parroquia de San Antonio de Padua, tuvieron un rato de oración ante el Sagrario.


Después se pusieron en marcha hasta la segunda parada, la Parroquia del Corpus Christi.

Una vez en el interior de la Parroquia, las catequistas y nuestro párroco, el Padre Carlos prosiguieron la catequesis profundizando en cada detalle que allí encontraban. En el Sagrario de esta Parroquia encontraron un detalle especial, una Biblia abierta. Su significado se hallaba en la Encarnación del Hijo de Dios que por medio de la Palabra y por obra del Espíritu Santo, se encarnó en la Virgen María naciendo así Jesús, nuestro salvador.


Tras ella, tuvieron un rato de oración.


Al concluir sus oraciones, se pusieron en camino hacia la próxima parada, la tercera, la Capillita de Europa.
Una vez allí, ante el Sagrario todos de rodillas oraron en profundo silencio a Jesús.



Después como punto final de esta Ruta de los Sagrarios, se encaminaron hacia la última parada, la Parroquia de Nuestra Señora de la Palma.


En el interior de la Parroquia, ante el Sagrario, el padre Carlos y las catequistas continuaron con la catequesis y explicaron cada uno de los elementos de este Sagrario, profundizando en todos los detalles. 


En la puerta del Sagrario, pudieron apreciar dos ciervos bebiendo de una fuente, la fuente de la salvación. Esto les recordó el Salmo (41) "Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío; cuyo significado, cada vez que lo recitamos, muestra la necesidad que todos tenemos del amor de Dios en nuestras vidas.


Tras finalizar esta ruta de los sagrarios, fueron a comer al Mc Donalds, y después l@s niñ@s disfrutaron de un tiempo libre de juegos en el Parque Mª Cristina.



Después, volvieron a nuestra Parroquia, recibieron su catequesis y ensayaron los cantos como todos los sábados. 
Y como punto final a la jornada, celebraron como de costumbre la Eucaristía Familiar, acompañándola con sus cantos.

domingo, 16 de noviembre de 2014

XXXIIIº DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A

Celebramos, hoy en este XXXIIIº Domingo del Tiempo Ordinario, el Día de la Iglesia Diocesana que tiene como lema:  “Participar en tu parroquia es hacer una declaración de principios”. Hoy, una vez más, el Señor nos pregunta: Y tú ¿qué haces por y con tu vida? Sí, hermanos; porque podemos correr el riesgo de quedarnos con los brazos cruzados. De pensar que, son los demás, los que tienen que hacerlo todo. 
En la Iglesia, en la familia, en los amigos y en todos los sitios, hacen falta personas, cristianos que inviertan tiempo, ideas, ilusión y ganas para que el Reino de Jesús se haga presente en el mundo.


La Primera Lectura (Pr. 31, 10-13. 19-20. 30-31) propone el modelo de la mujer hacendosa que, con la destreza de sus manos, multiplica los bienes de su casa y familia, y abre sus manos al necesitado y pobre. 

El Salmo (127) "Dichoso el que teme al Señor" nos muestra que  Dios colma  de bendiciones a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares. Y las primeras de estas bendiciones son, sin duda, las familiares. La familia ha sido ese templo donde se adora a Dios. Es una bella forma, de orar a Dios desde el seno de la familia, la Iglesia.

En la Segunda Lectura (1 Ts 5, 1-6) la comunidad de Tesalónica se discutía mucho sobre el fin del mundo y sus consecuencias. Pablo rehúsa las especulaciones sobre esos temas y acerca de la fecha de la vuelta del Señor. Pero 
con toda certeza, insiste en que llegará ese día ,en el momento en que menos se piense. El cristiano, hijo de la luz, debe estar dispuesto a recibir al Señor en todo instante.

En el Evangelio (Mt 25, 14-30) Jesús, nos presenta una nueva parábola,la parábola de los Talentos, para que cada uno de nosotros seamos conscientes de qué hemos hecho con los TALENTOS que hemos recibido, con los valores, con su llamada, con la fe. Y es que cada uno de nosotros tenemos que descubrir que sólo somos encargados de los bienes, porque quien nos da todo es Dios, nuestro Padre. Y lo que hemos recibido, no nos lo podemos guardar, ni hacerlo producir para nuestro provecho propio, sino que la tarea encomendada tiene su origen en Dios mismo: anunciar la Buena Nueva a todos los hombres, desde los talentos y capacidades de cada uno.


Nosotros somos hijos de la luz. Dios está con nosotros y, pase lo que pase, él nos hará fuertes. Jesús no nos promete una vida segura y tranquila. Nos promete una vida rica en experiencias, en encuentros, en días felices y otros no tanto. Su promesa más importante es que él siempre va a estar con nosotros para que, cada uno, emplee los talentos necesarios que posee para vivir una vida plena. Si ponemos esos talentos al servicio de los hermanos, de los más débiles y de los más pobres podremos todos participar de una gran fiesta con Jesús.

lunes, 10 de noviembre de 2014

CHARLA CATEQUÉTICA SOBRE LA EUCARISTÍA REALIZADA POR NUESTRO PÁRROCO, EL PADRE CARLOS (III).

A lo largo de esta entrada se trataran los aspectos prácticos a seguir para realizar una buena lectura:

  • Antes de comenzar, tenemos que cerciorarnos de que se va a leer la lectura correcta: abriendo el libro por la cinta correspondiente, fijándose en el día de la semana o el nombre de la fiesta que se celebra. Si no se está seguro de ello, debemos consultarlo con el sacerdote.
  • Al comenzar la lectura no se leen ni el día litúrgico, ni el orden de las lecturas, ni tampoco el resumen de la lectura. En general no se lee nunca lo que está escrito en rojo.
  • Se comienzan las lecturas diciendo: <<Lectura de...>>, y se termina con <<Palabra de Dios>>. Nunca debe decirse << Esto es Palabra de Dios>> o <<Es Palabra de Dios>>, porque es una proclamación y no una información del tipo de lectura. Al final se hace una pausa y se proclama:<<Palabra de Dios>>.
  • En cuanto al Salmo, el lector, debe enunciar con tono alto y claro la antifonía que se repite, dando tiempo a que los demás puedan responder después de cada estrofa. Ayuda mucho que la vaya repitiendo con la asamblea, que puede tener dificultades en recordarla.
  • El Aleluya no se lee, salvo en el caso de que se cante. El versículo antes del Evangelio, lo realiza solamente, el sacerdote o diácono.
  • Es ideal que en todas las misas haya un lector, a ser posible un lector distinto para cada lectura, y cada día.
  • Cuando el lector se acerca al ambón (lugar desde donde se lee la Palabra de Dios) debe hacerlo sin prisas ni precipitaciones, es preferible dejar que el sacerdote o el lector anterior hayan terminado su intervención. Al subir, antes de dirigirse al ambón, tiene que realizar una breve y suave reverencia al altar o al ministro, y al finalizar la lectura, antes de bajar a su sitio, también debe realizarla.
  •  Al final debe dejarse la cinta señaladora bien colocada, evitando que desaparezca entre las hojas del libro para el siguiente que lea o para el sacerdote.
En cuanto a la oración de los fieles, después del silencio que sigue a la homilía o del credo en las misas dominicales, sin esperar a que el sacerdote comience, inmediatamente el monitor sube al lugar adecuado. Una vez que el presbítero realiza la introducción, el monitor proclama las diversas intenciones por las que se va a orar. En el caso de que la respuesta a las peticiones sea distinta de la habitual (Roguemos al Señor, Te rogamos, óyenos...) el monitor debe introducir la respuesta (por ejemplo: Oremos diciendo: <<Escúchanos Padre>>).

El libro debe abrirse por la cinta que normalmente estará separada claramente. Al final debe dejarse con la cinta colocada del mismo modo, y permanecer en el sitio esperando a que el sacerdote realice la conclusión para volver a su sitio, sin prisas.

A lo largo de esta catequesis hemos aprendido a diferenciar los distintos momentos de la Eucaristía, además de los puntos claves para realizar una buena lectura de la liturgia; el paso siguiente que debemos dar es llevarlo a la práctica.

CHARLA CATEQUÉTICA SOBRE LA EUCARISTÍA REALIZADA POR NUESTRO PÁRROCO, EL PADRE CARLOS (II)

Las diferentes intervenciones en la liturgia, no son meras acciones, son verdaderos ministerios, acciones sagradas que se realizan en nombre de Dios para edificación de la comunidad creyente. Es por ello, que no debemos realizarlas de cualquier forma, sino que debemos hacerlas con sumo cuidado y preparación.

El Lector
Para que se pueda proclamar bien la Palabra de Dios, no basta con leer bien, sino que hace falta:
  • El lector, debe tener clara conciencia de que en ese momento, se convierte en portavoz del mensaje que Dios dirige a la Comunidad Cristiana.
  • Debe prepararse la lectura previamente.El que ejerce este ministerio debe saber que lectura debe leerse ese día, saber en que semana del año litúrgico se encuentra, y en el caso de no saberlo, preguntar al sacerdote celebrante. 
  • Es necesario que el sacerdote sepa quién va a leer, de forma que no sea un ministerio ejercido por "espontáneos" y no surja ninguna competencia para conseguir lo que es "un servicio" y no un "lucimiento personal."
  • Es importante para hacer una buena lectura, que el lector vocalice de forma que nos puedan entender a la perfección, leer despacio, con ritmo, alto y claro.
  • Debe existir una coherencia entre la Palabra que se proclama y la vida de quien realiza este ministerio. Además de creyente, el lector debe estar en plena comunión con la Iglesia.
  • Debe entender la Palabra que proclama. Tiene que saber bien que significa cada una de las palabras que aparecen en la lectura para darles el sentido que tienen.
  • Hay que tener especial cuidado con las palabras difíciles, nombres inusuales, etc. 
  • El lector tiene que tener convencimiento de lo que lee, y cuidar el tono, el volumen y las inflexiones que debe hacer a lo largo de la lectura. No se trata de hacer un teatro, sino de comunicar adecuadamente el mensaje que se proclama.
  • También es importante saber cuál es la frase principal de una lectura, de modo que la misma lectura resalte su importancia.

CHARLA CATEQUÉTICA SOBRE LA EUCARISTÍA REALIZADA POR NUESTRO PÁRROCO, EL PADRE CARLOS (I).

Cada primer jueves de mes,nuestro párroco, el padre Carlos, dará una catequesis tratando distintos puntos acerca de la Eucaristía, entre otros temas relacionados.
Encontraremos a continuación, en estas tres próximas entradas, una síntesis acerca de la charla catequética que impartió el jueves pasado sobre la importancia de como realizar una buena lectura de la liturgia.

Introducción: Los lectores.
Antes de meternos propiamente en materia es importante
saber diferenciar los momentos en la Santa Misa. 
A continuación veremos dicha diferenciación,y distribuiremos en tres entradas la catequesis realizada por nuestro párroco el Padre Carlos:

*Primer momento: el altar de la Palabra de Dios.

Dios se hace presente entre nosotros por medio de su Palabra, la Palabra del mismo Jesucristo. La Palabra de Dios que estaba junto a Dios en la oración viene a nosotros en cada celebración de la misa por medio de las lecturas que en ellas se proclaman. Como Palabra de Dios debe realizarse según unos parámetros y recomendaciones que iremos desgranando poco a poco.

*Segundo momento: el altar Eucarístico.


Es el momento en el cual por medio de las palabras del ministro y la acción del Espíritu Santo, Jesucristo se hace presente realmente, bajo las apariencias del pan y vino. Pero aunque veamos pan y vino, es al mismo Jesucristo al que recibimos en modo sacramental.



 "Jesús en la sinagoga de Nazaret" 

Según su costumbre entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y desenrollando, halló el pasaje donde estaba escrito. (Ev. Lc 4,14-22) 

Vemos en este Evangelio, la importancia y la misión con la que Jesucristo se levanta y proclama la palabra del profeta Isaías. A ejemplo del mismo Jesucristo, nosotros debemos hacer lo mismo a la hora de leer una lectura.

En la misa, tras rezar el Padre Nuestro, decimos: 
"Una palabra tuya bastará para sanarme".
Es de aquí de donde brota la importancia de esta charla y de todo lo que se va a decir en ella. Va referida a todos nosotros.

Hay dos momentos en la misa en la que los laicos intervienen leyendo:
-Lecturas.
-Preces o peticiones.

domingo, 9 de noviembre de 2014

XXXIIº DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A. FIESTA DE LA DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE LETRÁN.


Hoy, en este XXXIIº Domingo del Tiempo Ordinario, celebramos además del bautismo de un miembro de nuestra Comunidad Parroquial, la Fiesta de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, una de las Iglesias cristianas más antiguas y símbolo de la unidad de todas las Iglesias con Roma. Esta fiesta nos invita a estar unidos al Papa, a nuestros Obispos y a nuestros sacerdotes. Celebrar esta fiesta es estar en comunión con aquellos que vivimos y profesamos la fe cristiana. Además, la liturgia nos recordará que cada bautizado es templo vivo y verdadero. Dios no sólo habita en los templos construidos por hombres, sino que habita principalmente en el corazón de cada uno de nosotros, hechos a su imagen y semejanza.

Somos piedras vivas del gran templo que es la Iglesia.Vivir en Dios es saber que, Dios, se convierte en un torrente de vida, de alegría. San Pablo, en la segunda lectura, nos dirá que la vida cristiana se construye por diferentes personas y con el soplo del Espíritu. Pero, será el Evangelio, quien nos recuerde que Jesús es el auténtico templo donde se realiza la salvación verdadera de Dios.

En la Primera Lectura (Ez. 47, 1-2. 8-9. 12) el profeta Ezequiel, nos presenta la fuente del agua viva que, en este caso, arranca del mismo templo. De ahí surgirá la nueva vida que el pueblo necesita y que será don del mismo Dios. Con esta reflexión se abre el camino a Cristo, el verdadero Templo y agua viva que purifica a quien la beba.

El Salmo "El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios" es un cántico de confianza. Dios está en medio de la ciudad, en medio de su pueblo. Es por ello, que no debemos temer porque Dios es nuestro refugio, nuestra fuerza y permanece siempre a nuestro lado.

En la Segunda Lectura (1Co.3, 9c-11. 16-17) el apóstol Pablo ofrece su vivencia de lo que supone para él la fe cristiana. Los creyentes, fundamentados en Jesús y movidos por el Espíritu del mismo Jesús, forman el verdadero edificio, la Comunidad Cristiana, lugar y signo de la presencia de Dios en este mundo.Somos llamados a ser templos del Dios vivo.

El Evangelio (Jn 2,13-22) nos propone un símbolo profundo y de significación muy especial: Jesús tiene autoridad para defender aquel templo de piedra, porque él es el verdadero Templo, presencia viva y vivificante de Dios mismo. Por eso, el templo de piedra pasa a segundo lugar; la preferencia absoluta ahora la tiene Jesús, a quien le devora el celo por su Padre, ofreciendo nueva vida a cuantos le buscan; él es el punto de encuentro con Dios.

Tras la Homilía, el Padre Carlos, nuestro párroco, bautizó a nuestra hermana María Flor. Recordó, que el bautismo es el sacramento por el cual nacemos a la vida cristiana, nos convertimos en hijos de Dios, y miembros de la Iglesia, mediante la ablución del agua y la invocación de la Santísima Trinidad. Al recibir el sacramento del bautismo, liberación simbólica del alma del pecado y el renacimiento en la fe, nuestra hermana María Flor, pasa a formar parte de la Comunidad Cristiana,de la gran familia de Dios, por lo tanto, nuestra familia crece.


Que el Señor guíe siempre tus pasos
 con la luz de la fe. 
¡Bienvenida a la familia!

miércoles, 5 de noviembre de 2014

CURSILLO DE FORMACIÓN, LA ORACIÓN. ESCUELA DE CATEQUISTAS.


Esta tarde, nuestros catequistas asistieron al cursillo de formación sobre la oración convocado a las 18:30h en la Parroquia de la Santísima Trinidad (San José Artesano). 
Un encuentro formativo, donde se puso de relieve la entrega fiel e incondicional de los catequistas al servicio de la Nueva Evangelización.

El tema principal de este cursillo de formación, fue la oración. El párroco D. Manuel Muñoz Ríos (de la Parroquia de María Auxiliadora y San Isidro),fue el encargado de profundizar sobre este tema.

Como decía Santa Teresa de Jesús: " Orar es tratar de amistad, estando muchas veces a solas, con quien sabemos nos ama "

Para tener una buena oración debemos olvidarnos por un momento de todas las dificultades de nuestro día a día, y tenemos que pararnos a contemplar la presencia de Dios en nuestra vida, poniendo todo en sus manos. Tenemos que orar con fe y humildad. Además debemos buscar un tiempo de serenidad para poder estar a solas con nuestro Padre Dios,para hablarle, agradecerle, poniendo nuestra confianza plena en Él,sintiendo desde lo más profundo de nuestro corazón que está ahí, con nosotros, en una escucha atenta, amorosa y misericordiosa.

 
...Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. (Mt 6.6)


En nuestras catequesis con los más pequeños y los jóvenes,tenemos que vivir y transmitir con perseverancia la oración, lo que supone la oración en la vida del cristiano, prosiguiendo así, su formación catequética. 
Dios nos llama a la oración, con ella nos sana, nos transforma, y nos va moldeando interiormente,como barro en manos del alfarero.

domingo, 2 de noviembre de 2014

XXXIº DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO.CICLO A. CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS.


Hoy, en este XXXIº Domingo del Tiempo Ordinario, celebramos la Conmemoración de todos los fieles difuntos. La Santa Madre Iglesia, después de su solicitud en celebrar con las debidas alabanzas la dicha de todos sus hijos bienaventurados en el cielo, se interesa ante el Señor en favor de las almas de cuantos nos precedieron con el signo de la fe y duermen en la esperanza de la resurrección, y por todos los difuntos desde el principio del mundo, cuya fe sólo Dios conoce, para que, purificados de toda mancha del pecado y asociados a los ciudadanos celestes, puedan gozar de la visión de la felicidad eterna. 

En el día de hoy, festividad de los TODOS los FIELES DIFUNTOS, la liturgia nos anima a recordar a todos nuestros seres queridos, a quienes nos han unido profundos vínculos de vida y de amor. Pero, además, nos invita a mirar más allá de esta vida, a la nueva Jerusalén del cielo, para compartir con nuestros seres queridos el gozo de la presencia definitiva de Dios, su amor eterno.

En la Primera Lectura (Lm. 3, 17-26) se escucha el lamento de un israelita que llora en el dolor la destrucción de su país; hasta su misma esperanza parece que se quiebra. Pero en medio del sufrimiento, espera en silencio y confía plenamente en el Dios de la fidelidad. 

El Salmo (129) "Desde lo hondo a ti grito, Señor"  es una
plegaria al Señor. En nuestras dificultades y tristezas, el Señor es nuestra roca firme que nos sostiene y nos ayuda si esperamos en él ,con confianza, esperanza y fe.

En la Segunda Lectura (Rom 6, 3-9) el apóstol Pablo invita, en esta reflexión a la comunidad de Roma, a reafirmar la fe. Porque, quienes se han encontrado con Cristo el Señor, son llamados a emprender una nueva vida, la vida de resucitados. De ahí que la muerte del cristiano es la culminación de un proceso iniciado en el mismo bautismo.
 
En el Evangelio (Jn 14, 1-6) Jesús propone algo inmenso que nos desborda: “Donde estoy yo, estéis también vosotros”. Para ello, Jesús promete a los suyos un lugar en la casa del Padre. Y para llegar allí, él, Jesús, es el camino; él, que es la verdad, ilumina la senda con su luz; y él, que es la vida, transforma la muerte en resurrección. 

Un día más, la Palabra de Dios y el mensaje personal de Jesús nos abren a esa realidad definitiva, a ese deseo de vida que llevamos dentro de nosotros mismos. Viene, pues, a iluminar las sombras de nuestro caminar como hombres y mujeres, como creyentes peregrinos hacia lo definitivo. Jesús nos recuerda en el evangelio que no estamos perdidos, ni desesperados. Al contrario, sabemos el“camino”: Él es el que conduce a la casa del Padre, hasta las moradas del cielo; Él es la “verdad”: que ilumina la senda con su luz; Él es la “vida”: que transforma la muerte en resurrección.

Éste es fundamentalmente el mensaje de este día: estamos llamados a la VIDA. Por eso, recordamos con fe y con cariño a quienes nos han precedido en nuestro caminar por la vida. Sin duda alguna, nos reconforta la promesa y las palabras de Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, no morirá”. 


Que sus palabras nos acompañen en nuestro caminar y nos alienten a ser signos vivos y cercanos de resurrección.

sábado, 1 de noviembre de 2014

1 DE NOVIEMBRE, SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS.


En este día de Todos los Santos, unidos a toda la Iglesia Católica, celebramos no sólo la grandeza de nuestro Dios, sino también la grandeza de tantos hombres y mujeres que han vivido entregados a los demás, siguiendo a Jesucristo, y que son para nosotros, modelo de entrega y de servicio. A todos ellos, conocidos o no, que gozan ya del amor pleno del Padre, honramos y celebramos en esta festividad. Esta fiesta nos recuerda que todos, desde nuestro Bautismo, estamos llamados a la santidad en esta vida. Dios Padre, el único santo y origen de santidad, nos da su Espíritu para que lo consigamos. Jesús, nos ofrece un “programa de vida” en las bienaventuranzas, un camino a seguir.

Esta celebración fue instaurada como consecuencia de la Gran Persecución de Diocleciano, a inicios del siglo IV, por la gran cantidad de mártires causados por el poder romano.
El Papa Gregorio III la fijó para el 1 de noviembre en el siglo VIII, como respuesta a la celebración pagana del “Samhain” o año nuevo celta que se celebra la noche del 31 de octubre. Más adelante Gregorio IV extendería esta festividad a toda la Iglesia.

En el Evangelio de hoy (Mt 5,1-12a) Jesús, nos dice que las Bienaventuranzas son su propuesta para liberarnos de la felicidad artificial e incompleta que nos ofrece el mundo. Ellas nos recuerdan que somos ciudadanos del cielo; y la recompensa de vivirla es única: ver a Dios. Todos los cristianos tenemos un compromiso, trabajar para que el Don de Dios transforme nuestro corazón,nos haga instrumentos de su paz para poder así construir, con nuestros hermanos, un mundo cada vez más humano. Además, Jesús, nos enseña un camino: las bienaventuranzas. En ellas, encontraremos la luz necesaria para cargar con nuestra cruz, siguiendo fielmente a nuestro Señor Jesucristo.


Quiero ser Santo, Señor.
Con mi palabra, comprensiva y dulce,
con mis obras, para todos y sin compensación,
con mi fe, fuerte y valiente.
Quiero ser Santo, Señor.
Si Tú me ayudas, lo intentaré,
si Tú me aconsejas, te seguiré,
si Tú me guías, no me apartaré de Ti.
Quiero ser Santo, Señor.
Iluminando, con tu luz, 
siendo alegre, con tu Evangelio,
portando esperanza, con tu Palabra,
llevando ánimo, con tu Espíritu.
Quiero ser Santo, Señor.
Siendo feliz, y llevando felicidad,
amando, y dejándome amar,
perdonando, y admitiendo el perdón,
rezando, y no olvidándome de Ti.